Ya se le llame "andalucismo constitucional" que, en realidad, es Constitución a secas, como hacen el PP y Ciudadanos, o se llame "andalucismo independentista" como sugiere Adelante Andalucía o "andalucismo de identidad socialista" como siempre ha pretendido y usufructuado el PSOE, en las proximidades del Día de Andalucía, el próximo 28 de febrero, se produce una curiosa exhibición de andalucismo que contrasta con la realidad socioeconómica andaluza.
En este alarde no participan ni Vox, lógicamente por su posición contra los excesos autonómicos, ni los datos concretos porque lo cierto es que tras casi 40 años de autonomía y 40 de Estatuto de Andalucía, la región sigue a la cola de casi todo lo importante. Y está en esa cola desde hace 150 años.
Lo nuevo de este tradicional despliegue andalucista, es que el 28F de 2020 da muchas oportunidades al gobierno del cambio y reduce las tradicionales baladronadas del socialismo gobernante durante 36 años. Por una parte, está lo que María Jesús Montero debe a las arcas andaluzas, más de 600 millones entre IVA pendiente y otros conceptos. Esa realidad reduce mucho el potencial del fuego socialista.
Pero hay otras balas en la recámara. Ahí está la reducción de las entregas a cuenta, el perjuicio por el actual modelo de financiación que tiene visos de reformarse o las "contrarreformas" que se están poniendo en marcha para que la disminución del impuesto de sucesiones y donaciones no tenga efecto real. Dicho eso en un momento en que se ha conocido que Andalucía ha cuadruplicado el número de sus donaciones, es incómodo para el PSOE andaluz.
Y en la cartuchera queda munición: los tribunales. Si no se atiende a Andalucía, habrá instancia judicial para reclamar lo que le corresponde. Y aún más: la infrafinanciación de la dependencia, los "problemas brutales" del ferrocarril en el interior, la falta de conexión para evacuar la energía alternativa que se genera o la falta de autorización para ampliar la policía adscrita, esto es, la policía autonómica.
Por otro lado, naturalmente, están los separatismos catalán y vasco. De hecho, en entrevista a la agencia EFE, Juan Manuel Moreno ha puesto el dedo en la llaga y se ha despacho a gusto: "España habrá "fracasado" como Estado si no hay solidaridad interterritorial y ha asegurado que si el Gobierno central pretende "romper" ese principio la comunidad hará valer "su peso político, demográfico e institucional".
Además, martillea que nota en el Gobierno "una absoluta incomprensión de lo que es Andalucía" y de sus anhelos, además de una "vía política" en la que se ve a la comunidad como "un obstáculo para algunas cosas que pretenden hacer". Y apuntilla: "Si pretenden romper la igualdad entre españoles vamos a estar categóricamente enfrente", subrayando no comprender "cómo la supuesta izquierda no cree en algo tan esencial como es el principio de igualdad entre españoles".
Insiste en que el Gobierno Sánchez está favoreciendo a una comunidad (la catalana) "sobre otra" mientras no atiende a sus peticiones de reunión. Parece, aporrea, que para Sánchez "la comunidad más poblada…no es prioritaria, pero sí lo es Cataluña". Y describe: "Estoy llamando a una puerta, pero si me pegan un portazo será responsabilidad de quien me pega el portazo".
Pero el gobierno andaluz también ha hecho una incursión en la "novena provincia" andaluza, los andaluces de Cataluña. Como resultado, la Federación Andaluza de Comunidades (FAC) ha valorado el apoyo y la atención que la Junta está teniendo con los andaluces en Cataluña "desde que comenzó la actual legislatura" y se ha concedido su Premio Institucional al director general de Relaciones con los Andaluces en el Exterior, Amós García, en reconocimiento a su trabajo en beneficio de los andaluces emigrados en Cataluña y sus organizaciones, nada menos que 550.000 personas físicas sin contar descendencias.
Y más allá de Cataluña, la actual Junta se refiere a las 370 comunidades de andaluces en el exterior que están distribuidas por el territorio nacional y el mundo "aliadas en la defensa de los valores que conforman la identidad andaluza" y se propone que todas ellas deben actuar como "contrapeso" para garantizar la efectiva igualdad de los españoles.
Para colmo, el nuevo gobierno concede la Medalla de Andalucía al valorado profesor y ex ministro de UCD, Manuel Clavero Arévalo, que dimitió de su cargo cuando vio que el gobierno Suárez no consideraba las exigencias autonomistas andaluzas. PP y Cs han corregido la amnesia socialista respecto al papel de Clavero, se opine lo que se opine sobre el fondo de la cosa autonómica.
Para remachar la ofensiva, la Junta del cambio carga sobre los hombros de Marisu Montero la losa del IVA de las sillas y palcos que se instalan durante la Semana Santa y se pide una reunión para que se pase del 21 por ciento que se ha estipulado a un IVA reducido del 10 por ciento. Además, se quiere revisar la tributación de las Hermandades por todas sus operaciones económicas, incluso las de caridad. Con Montoro no se aplicó, aunque ya estaba en el cajón, pero ahora el cajón se ha abierto.
Mientras tanto, el PSOE se autorregala una encuesta de la que bien poco se sabe salvo que es obra de Celeste-Tel, que dice exactamente lo que Susana Díaz quiere oír y que oiga Pedro Sánchez. Y lo que dice es que el PSOE sube de 33 a 40 escaños y que Podemos sube 2, de 5 a 7. Por tanto, ya habría una mayoría de izquierdas que arrebataría el poder a un PP que subiría hasta los 30 escaños mientras Ciudadanos bajaría de 22 a 11 escaños e incluso Vox perdería 1. O sea, que ganan las izquierdas. Pero eso si las elecciones fueran ahora y si Teresa Rodríguez se aviniera a un pacto.
Adelante Andalucía está en tierra de nadie, ni es ni no es porque todavía se no se ha consumado la separación de Podemos y se ha comenzado una nueva andadura política y electoral, en riesgo cierto por las reticencias de Izquierda Unida.
Así que lo que queda a las izquierdas andaluzas es azuzar la calle y las huelgas contra el nuevo gobierno, que es algo que ya hemos venido con tanto en días pasados. De momento hay dos bien visibles. Una, la de Canal Sur TV, que no en la radio, que está tensando la cuerda con el gobierno Moreno y la otra, la huelga estudiantil convocada para el 4 de marzo bajo la acusación de hundir la enseñanza pública para favorecer a la concertada.
Pero como quedan todavía cuatro días para el día 28 de febrero, habrá que estar atento a las sorpresas, que seguro que alguna nos asalta.