La consejería de Justicia de la Generalidad de Cataluña ha abierto la mano definitivamente con los golpistas presos y este jueves, primer día de Jordi Cuixart al frente de su empresa en persona, ha resuelto ampliar la aplicación del artículo 100.2 del Régimen Penitenciario a los exconsejeros de Interior y Trabajo, Joaquim Forn y Dolors Bassa.
El primero podrá salir de la cárcel de Lledoners cinco días a la semana durante doce horas y media al día, de momento el golpista preso con beneficios más amplios. En cuanto a Dolors Bassa, la Junta de Tratamiento de la prisión de Figueras ha propuesto que salga a la calle para cuidar de un familiar de avanzada edad tres días a la semana durante ocho horas al día.
La titular de Justicia, la republicana Ester Capella, ha avanzado este jueves en una entrevista en la emisora de la Generalidad, Catalunya Ràdio, que los nueve condenados por el golpe de Estado se verán beneficiados por la aplicación del citado artículo, que permite que internos clasificados en segundo grado disfruten de condiciones en principio reservadas a los de tercer grado. Según Capella, el 100.2 "es una forma de cumplimiento de la sentencia prevista por la ley" y ha negado cualquier trato de favor a los políticos presos.
Además, la consejera ha tachado de "anomalía" que los condenados por el golpe estén en prisión y ha augurado que en un plazo de unos cinco meses, cuando toque revisar de nuevo su situación, se les concederá el tercer grado.
Tras los casos de los Jordis, Carme Forcadell, Forn y Bassa, ya sólo queda por tramitar la semilibertad de los exconsejeros de ERC Oriol Junqueras y Raül Romeva, y de los de Junts per Catalunya (JxCat) Jordi Turull y Josep Rull.