La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, ha concedido una entrevista a El País con Venezuela como uno de sus temas centrales. Aunque afirma que la posición española no ha cambiado, apunta que "la situación sí". Pasa de puntillas por la polémica en torno a Delcy Rodríguez y critica a la oposición por el "uso partidista" que, dice, se ha hecho de la visita del presidente venezolano, Juan Guaidó, reconocido por España pero que no fue recibido por Pedro Sánchez.
Según Laya, la forma de avanzar en la situación que se ha enquistado en Venezuela es "construir un consenso internacional lo más amplio posible que apoye a las partes de Venezuela en torno a la celebración de elecciones democráticas". "Igual nos equivocamos, pero me gustaría que se nos diera un poco de crédito", destaca González Laya.
La ministra también da su versión de por qué recibió a Guaidó en Casa de América en lugar de en la sede del Ministerio. Según Laya, lo pidió él. Para la ministra, Guaidó fue recibido por los servicios de Exteriores "como se recibe a un jefe de Estado o de Gobierno".
"Pero en el aeropuerto nos comunica que prefiere no utilizar esa vía, sino pasar por donde pasan los ciudadanos porque hay muchos que lo están esperando. También pide entrevistarse conmigo en Casa América", señala la ministra.
La razón fue, continúa, que Guaidó tenía un acto en el Ayuntamiento de Madrid, al lado de Casa América, y porque iba a recibir a otras personas esa tarde "a quienes no puede ver en el Ministerio de Exteriores porque no corresponde [se vio con el presidente del PP, Pablo Casado]. Me preguntan si lo puedo recibir allí y por supuesto acepto. Esa es la verdadera historia", asegura la ministra.
Por eso, dice que le gustaría que se diera "un poco de crédito" cuando el Gobierno asegura que no ha cambiado su postura respecto a Venezuela y señala que "la polémica estéril nacional no ayuda a resolver la situación y siembra dudas sobre el compromiso de España". Unas dudas que no ayuda a disipar ni el culebrón en torno al paso de Delcy Rodríguez por Barajas y sus conversaciones con Ábalos como la nueva visita de Zapatero a Maduro, de la que el Ejecutivo ha intentado desmarcarse apuntando que se trata de una visita personal.