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Dolores Delgado, una fiscal general del Estado "contaminada"

Según fuentes fiscales consultadas por LD, "Delgado deberá abstenerse en asuntos muy importantes como Cataluña, tras haber sido ministra de Justicia".

Dolores Delgado | EFE

Dolores Delgado será una fiscal general del Estado "contaminada". Las fuentes fiscales consultadas por Libertad Digital sostienen que Delgado "tendrá muy poco margen de maniobra en asuntos muy importantes como Cataluña", ya que deberá abstenerse al haber sido ministra de Justicia y haber abordado este asunto en el Consejo de Ministros.

El Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) avaló por 12 votos a favor y 7 en contra que Delgado cumplía los "requisitos legales" exigidos para el cargo de fiscal general del Estado. No obstante, 7 de los vocales conservadores formulaban un voto particular discrepante en el que se referían a las complicaciones que tendrá Delgado desde el punto de vista operativo: "Quisiéramos observar también la dificultad que en la práctica puede plantear el hecho de que haya de abstenerse de intervenir en aquellos procedimientos judiciales de los que tuvo conocimiento en su etapa anterior como ministra de Justicia".

En este sentido, el artículo 96 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal LECrim establece que "los representantes del Ministerio Fiscal no podrán ser recusados; pero se abstendrán de intervenir en los actos judiciales cuando concurra en ellos alguna de las causas señaladas en el artículo 5219 de la Ley Orgánica del Poder Judicial LOPJ. Entre dichas causas, figura la siguiente: "Haber ocupado cargo público, desempeñado empleo o ejercido profesión con ocasión de los cuales haya participado directa o indirectamente en el asunto objeto del pleito o causa o en otro relacionado con el mismo".

Por lo tanto, Delgado no podrá intervenir en las causas relacionadas con Cataluña o con partidos políticos. También estará "maniatada" en uno de los causas más sensibles que se investigan actualmente en la Audiencia Nacional, el caso Villarejo.

Una comida con el exjuez Baltasar Garzón, con el que mantiene una estrecha relación desde hace años, y con varios mandos policiales mantenida en el año 2009 a la que asistió el comisario José Villarejo, ponía en el disparadero a Delgado mientras desempeñaba su cargo como ministra de Justicia.

En las grabaciones de esa comida publicadas en los medios de comunicación, Delgado llamó "maricón" a su hasta ahora compañero de Gobierno, Fernando Grande-Marlaska. Además, mientras Villarejo reconocía en dichas grabaciones haber creado una "agencia de modelos" para sonsacar "información vaginal" a políticos, "gente importante" e integrantes de consejos de administración. Delgado respondía: "Éxito garantizado". Al verse salpicada de lleno por este caso, debería abstenerse también del mismo.

El aterrizaje de Delgado en la Fiscalía General

El aterrizaje en la Fiscalía General del Estado no será nada fácil para Delgado. Antes de convertirse oficialmente en fiscal general, deberá comparecer en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados que se constituirá en febrero.

El mundo judicial y fiscal está en contra de su nombramiento y muchos creen que su mandato será efímero. Tal y como contaba este diario, tras conocerse la propuesta de Pedro Sánchez para que Delgado fuese la fiscal general, puenteando al nuevo ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, la "preocupación, el estupor y la extrañeza" se apoderaba de los jueces y fiscales.

De hecho, fuentes fiscales y jurídicas advertían en este sentido de su estrecha relación con Garzón, inhabilitado por el Tribunal Supremo por el caso de las escuchas ilegales en el caso Gürtel: "Poner a Delgado de fiscal general es poner a Garzón", afirmaban.

Algunas fuentes consultadas apuntan que Sánchez la utilizará como "fiscal de transición" para sacar adelante todas las cesiones de los golpistas y que luego será sustituida por otro perfil menos polémico y politizado.

Delgado estrenará su poder al frente de la Fiscalía General del Estado designando libremente a más de una treintena de cargos del Ministerio Público. Entre dichos nombramientos, figuran al menos a 3 nuevos fiscales de Sala del Tribunal Supremo, la máxima categoría en la carrera fiscal, o al nº 2 de la Fiscalía Anticorrupción que dirige por Alejandro Luzón.

La fiscal general fiscalizada

Para intentar evitar el "manoseo político del Ministerio Público", Delgado tendrá en frente, a la propia carrera fiscal. Un enfrentamiento directo en cuestiones sensibles o en asuntos en los que debe abstenerse se podría saldar con una consulta a la Junta de Fiscales de Sala, como prevé el artículo 27 del Estatuto Fiscal para proteger la autonomía del Ministerio Fiscal.

Según dicho artículo, "el Fiscal que recibiere una orden o instrucción que considere contraria a las leyes o que, por cualquier otro motivo estime improcedente, se lo hará saber así, mediante informe razonado, a su Fiscal Jefe. De proceder la orden o instrucción de éste, si no considera satisfactorias las razones alegadas, planteará la cuestión a la Junta de fiscalía y, una vez que ésta se manifieste, resolverá definitivamente reconsiderándola o ratificándola. De proceder de un superior, elevará informe a éste, el cual, de no admitir las razones alegadas, resolverá de igual manera oyendo plenamente a la Junta de Fiscalía. Si la orden fuere dada por el Fiscal General del Estado, éste resolverá oyendo a la Junta de Fiscales de Sala".

El punto 2 del mismo artículo afirma: "Si el superior se ratificase en sus instrucciones lo hará por escrito razonado con la expresa relevación de las responsabilidades que pudieran derivarse de su cumplimiento o bien encomendará a otro Fiscal el despacho del asunto a que se refiera". Es decir, Delgado será fiscalizada en primer lugar por el propio Ministerio Fiscal.

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