La crisis interna de Ciudadanos se agrava un día más y las explicaciones públicas de la Gestora que dirige de manera interina el partido hasta su V Congreso extraordinario, a celebrar a mediados de marzo, no parecen calmar los ánimos de los críticos, que cada vez ocultan menos su descontento e indignación. "Las señales que se dieron ayer son muy malas señales" aseguraba este miércoles, en declaraciones a esRadio, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea quien ha renunciado a su cargo de Secretario autonómico de programas, en protesta por lo sucedido.
La purga de algunos dirigentes como el exvicepresidente del Congreso, el asturiano Ignacio Prendes, cesado el lunes como portavoz autonómico, era justificada este miércoles, en declaraciones a los medios en Almería, por el presidente de la Gestora, Manuel García Bofill, un histórico del partido siempre fiel al ex presidente, Albert Rivera, quien se acogía a una interpretación sui géneris de los estatutos para asegurar que "hay personas que no tienen cargo público u orgánico y antes lo tenían" y que "para ser portavoz has de ser cargo público u orgánico. La Gestora no puede hacer otra cosa que ajustar esa realidad a los nombramientos".
En el caso de Prendes, perdió su cargo público de diputado por Asturias tras el batacazo electoral del 10-N, como también lo perdieron destacados dirigentes de la formación. José Manuel Villegas, número dos de la Gestora, que dejó de ser diputado por Almería, Fran Hervías, secretario de Organización de la Ejecutiva y ahora de la Gestora, que perdió su escaño por Granada, o Juan Carlos Girauta, antiguo miembro del Comité Permanente de la Ejecutiva, que no pudo revalidar su acta de diputado por Toledo. Pero además, sensu contrario, la propia Gestora ha nombrado portavoces en Baleares y Galicia a otros dos dirigentes que también perdieron sus escaños: el ex socialista Joan Mesquida, que dejó de ser diputado por las islas, y Beatriz Pino, que perdió el acta por Pontevedra.
"Su santa y real gana"
Fuentes del entorno de los dirigentes críticos lamentan lo ocurrido y dicen que las palabras de Bofill son un intento de justificar a posteriori "decisiones basadas en su santa y real gana". Insisten en que pueden acometer ceses como el de Prendes, pero únicamente con criterios "discrecionales" y no porque les obligue ningún artículo de los estatutos. Lo cierto es que no hay artículo alguno que obligue a ceses como los adoptados, aunque al Gestora sí sea competente para ejecutarlos.
Las decisiones de la Gestora se tomaron en una reunión el pasado lunes a la que no asistió, por encontrarse ejerciendo su función en Bruselas, el jefe de la delegación en Europa, Luis Garicano, quien desde noviembre ha cerrado filas con Inés Arrimadas para que sea la sucesora de Rivera. Sin embargo, este mismo martes Garicano hacía notar su voz, a través de Twitter, en defensa de Prendes y de la ex diputada Orlena de Miguel, cesada como portavoz de Castilla-La Mancha.
El otro dirigente destacado del sector crítico, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, calificaba de "doloroso e inútil" el procedimiento de la Gestora en una entrevista con Juan Pablo Polvorinos. "Es una manera de ejercer el poder que no concuerda con lo que nosotros decimos, ni con nuestro espíritu liberal" añadía. A día de hoy, Igea no descarta competir por la presidencia del partido, aunque anunciaba que hará "todo lo posible para que tengamos una candidatura única detrás de Arrimadas, que es la mejor candidata, sin duda" decía en esRadio, matizando que "queremos saber qué modelo de partido tenemos" abogando por una organización que "entienda que la discrepancia es una virtud".
La situación se enrarece por tanto de cara al Congreso del partido en marzo, que se celebrará después de las primarias que, en principio, elegirán a Arrimadas como presidenta con su nueva Ejecutiva, que deberá presentar antes de la votación de los afiliados, prevista para las primeras semanas de febrero.