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Beatriz Gimeno y Boti García, las nuevas directoras de Igualdad: activistas antihombres y anticatólicas

Se declaran orgullosas de promover el supremacismo femenino y abogan por la subordinación del varón.

Beatriz Gimeno y Boti García, nuevos cargos en el Ministerio de Igualdad | EFE

La nueva directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno, es una histórica del feminismo de ultraizquierda en Madrid. Ha sido nombrada por la recién estrenada ministra, Irene Montero, para que la acompañe en su andadura política en el Ministerio de Igualdad. Junto a ella estará su expareja, Boti García, exresponsable de COGAM y expresidenta de la Federación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), quien estará al frente de un nuevo cargo creado por los ideólogos de Podemos, y hasta ahora nunca visto: directora general de Diversidad Sexual y LGTBI.

Las dos políticas proceden del núcleo duro de Montero. Se casaron en 2005 y se divorciaron recientemente. Sus trayectorias públicas han estado envueltas en polémica debido al radicalismo político-extremista que las define. Tampoco ellas lo ocultan. Presumen de ideas supremacistas de género, pero en este caso, femenino. Entre sus ensoñaciones se encuentran subordinar los hombres a las mujeres, vamos, hembrismo en estado puro.

No es una exageración. En el caso de la recién estrenada directora del Instituto de la Mujer, Gimeno, se puede leer en su extenso artículo, "Una aproximación política al lesbianismo", una linea de pensamiento claramente antihombre. En líneas generales, todo lo que huela a varón repele a la podemita.

Olvidar que en la mayor parte de los periodos históricos las mujeres, si hubieran podido elegir, hubieran escogido no mantener relaciones sexuales con los hombres , no vivir con ellos, no relacionarse con ellos, es olvidar algo fundamental en la historia de las mujeres (y de los hombres).

Gimeno también se muestra contraria a la "opresión heterosexual". En su libro invita a las mujeres a hacerse lesbianas como vía de salvación ante el patriarcado:

La condición masculina significa la pertenencia al género que detenta todo el poder.

Al hilo de lo anterior, promueve un mundo lésbico "como solución", (menos mal que todavía no habla de la Solución Final con campos de concentración llenos de hombres) llegando a afirmar que la heterosexualidad es impuesta de forma forzosa, y contra los deseos reales de las mujeres.

A este respecto, la inquina hacia el varón se hace aún más latente en otro de sus bizarros alegatos. Gimeno invita a las féminas a tener sexo con penetración inversa, es decir, propone que las mujeres sean las que penetren de forma anal al hombre para así liberarse.

Silenciando el maltrato homosexual

Pudiendo parecer Gimeno la gran inductora al lesbianismo por sus supuestos beneficios, la otra cara de la política madrileña enseña más bien lo contrario. En 2006, el colectivo LGTBI se le echó encima por no considerar el maltrato entre homosexuales importante para que se incluyera dentro de la ley Violencia de Género.

Ella misma reconoció en su blog que era conocedora del acoso y palizas entre parejas de lesbianas y gais. Como activista le llegaban llamadas e incluso reconoce que había lesbianas que tuvieron que ser protegidas de forma excepcional en las casas de acogida públicas, solo aptas para mujeres víctimas de su pareja hombre.

La activista política zapaterista hasta la médula fue duramente criticada por algunos sectores del colectivo que la acusaron de venderse a los intereses políticos del PSOE del 2006. Pero, obviamente, Gimeno sabía que si los homosexuales eran incluidos en la Ley de Violencia de Género, el discurso de la ideología contra el patriarcado se les caía a pedazos. Por lo que no se cortó en silenciar y quitar valor a la brutalidad también ejercida hacia víctimas de maltrato en el ámbito LGTBI:

¿Tenemos que ser las activistas lesbianas las que visibilicemos la violencia que se pueda dar –esporádicamente– en las parejas formadas por mujeres? Yo creo que no y, por eso, que no cuenten conmigo para dar pábulo a estas cuestiones.

Cierre de cárceles

Hay que decir que desde junio de 2015, Beatriz Gimeno cuenta con su sillón de diputada en el Congreso. La podemita ha continuado protagonizando numerosos escándalos con sus aportaciones a las redes sociales. En un tuit, la ultraizquierdista pedía el cierre de cárceles. El comentario aparecía tras la condena de El Chicle por el asesinato y violación de Diana Quer. La política hembrista, la que se rasgaba las vestiduras por defender a las mujeres (heterosexuales) de sus violadores, se posicionó contra la Prisión Permanente Revisable.

Contra la prostitución

En otro orden, la podemita también sueña con abolir la prostitución ya que no entiende que ninguna mujer quiera dedicarse a esa profesión haciendo uso de su libertad.

Y, al igual que su exesposa, Boti García, como guinda al pastel morado, tampoco piensa legalizar la gestación subrogada pese a las reclamaciones de buena parte del colectivo LGTBI, uno de los más recurre a la maternidad subrogada. Cabe destacar que las dos políticas sí disfrutan de un hijo biológico de Beatriz.

Quema de iglesias

Gimeno también le ha declarado la guerra, al igual que sus camaradas de partido, a la Iglesia católica. Su postura es profundamente extremista y violenta. En un artículo publicado en eldiario.es el 30 de octubre de 2013, la diputada de Podemos llegó a justificar "la necesidad de quemar iglesias" en España: "En aquellos países en donde la Iglesia (o las iglesias) forman parte normal del ámbito de las libertades, nadie siente la necesidad de quemarlas. Pero ese no es nuestro caso. El aborrecimiento profundo que muchas personas sentimos aquí por la Iglesia católica se lo ha ganado ésta a pulso".

Boti García

La expareja de Gimeno, Boti García, subraya el credo antimasculino de Gimeno sin saltarse ni una palabra. Es también de sobra conocida en los ambientes del podemismo de la gran capital. Carmena le llegó a otorgar la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid por su defensa del colectivo LGTBI. Aunque, Boti no está por defender los derechos de todos los homosexuales en vista de lo que opina sobre los gais que no comulgan con su ideario.

En una entrevista concedida a El Periódico, la política de extrema izquierda dijo que "los políticos gais del PP eran unos caraduras y unos hipócritas". En la misma entrevista, comenta al periodista, dando a la historia un toque romántico, cómo se escapó con su alumna de 17 años cuando ella tenía 27. La activista alardea de este comportamiento que sería reprobado duramente si las mismas declaraciones las hubiera hecho un varón. Acabáramos.

Por último, las funciones del alto cargo que ostentará Boti García está aún por definir, al igual que su salario. El carácter comunista y orwelliano de su nueva responsabilidad, directora de Diversidad Sexual, es un invento de Podemos a estrenar en un organismo público que, en base a los dogmas que predican sus responsables, podría rebautizarse como Ministerio de Desigualdad.

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