No es una novedad que el Gobierno en general y el presidente en particular consideran que la Junta Electoral Central es "un instrumento en manos de la derecha" para erosionar al Ejecutivo. Una opinión que arrastran desde los cuatro apercibimientos que la JEC hizo al Gobierno por vulnerar la Ley Electoral durante la campaña y que hoy se ve más afianzada que nunca tras la inhabilitación de Quim Torra como presidente de la Generalidad de Cataluña.
En su primera rueda de prensa sin limitación de preguntas en Moncloa desde hace más de un año —la última fue en diciembre de 2018—, Pedro Sánchez aseguró que "Quim Torra sigue siendo presidente catalán", motivo por el que se reunirá con él en las próximas semanas antes de que se produzca la reunión entre la mesa de Gobiernos pactada con ERC a cambio de su abstención en la investidura.
Un claro desacato al organismo electoral dependiente del Congreso de los Diputados que el presidente fundamenta en que habrá que esperar a que se pronuncie de forma definitiva el Tribunal Supremo pese a que las decisiones de la JEC sí tienen mandato imperativo. La reunión se producirá en los próximos días aunque no tiene lugar ni hora concreta, pero se trata de una exigencia inexcusable de ERC en la negociación que atenderá rigurosamente el jefe del Ejecutivo.
Tras dejarlo caer el domingo en una conversación informal con periodistas en Moncloa, Sánchez lo ha verbalizado este martes en una rueda de prensa en la que aseguró que "no tengo ningún problema en reunirme con el presidente, porque lo sigue siendo, el presidente de la Generalitat" dijo tras expresar su voluntad de desatascar la "crisis política" en Cataluña enquistada desde hace "demasiado tiempo".
El nombramiento "impecable" de Delgado
Acto seguido a su desprecio a la Junta Electoral, defendió el "impecable nombramiento" de Dolores Delgado como nueva fiscal general del Estado: "La propuesta es impecable, tiene un currículum impecable". Y añadió que a la nueva fiscal, sustituta de María Jesús Segarra, "yo sólo le he dicho que actúe con independencia y que garantice el cumplimiento de la legalidad democrática".
Obviando el malestar de las asociaciones de fiscales, Sánchez atribuyó todas las críticas a la oposición del PP: "Me gustaría que la oposición nos criticara por los hechos y no por los supuestos ni por los prejuicios". En este sentido, alertó de la voluntad de la oposición de "bloquear la renovación del poder judicial, el CGPJ, y otros organismos como el Defensor del Pueblo".