Miguel Ángel Revilla es un habitual en el plató de La Sexta Noche, donde acude prácticamente cada semana a pontificar sobre todo lo que le pongan por delante. Sin embargo, este pasado sábado él mismo ("su persona", como le dijo el presentador Iñaki López) era el principal argumento de debate por el rechazo del diputado de su partido a la investidura de Pedro Sánchez.
El presidente cántabro comenzó admitiendo el mal trago que está pasando porque "lo de las presiones ha sido terrible". Sin embargo, Revilla asegura que su voluntad no se quiebra por las amenazas: "Me ha dolido –decía al borde de las lágrimas– porque eso supone no conocerme. Tendré pocas virtudes pero, me cago en diez, a mí no me presiona ni Dios si creo en algo. Ni la Sexta Flota americana".
El presentador de La Sexta intentaba que Revilla acusara a partidos de la oposición o a determinados grupos de poder de haberle presionado para votar no a la investidura de Pedro Sánchez. Sin embargo, el presidente cántabro aseguró que las principales presiones vinieron del PSOE, que amenazó con hacer caer el Gobierno regional si el PRC no votaba a favor de Sánchez.
Revilla identifica a "un gran dirigente del PSOE, de los cuatro, de los tres, de los dos que incluso me lo ha mandado por escrito", en referencia a un mensaje telefónico en el que dicho dirigente socialista lo acusaba de haberse sometido al mandato de Ana Patricia Botín.
En todo caso, Revilla desea que "Sánchez recapacite y se le pase el cabreo, no vaya a ser verdad algo que corre por ahí de que no hace prisioneros".