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Podemos intenta reponerse del golpe de Sánchez; consideran que la figura de Iglesias no se puede diluir

Estupor en el partido morado ante la cuarta e inesperada vicepresidencia anunciada por Moncloa, que altera la estructura pactada del gabinete.

Sánchez e Iglesias. | EFE

La mañana del jueves, segundo día de la presidencia de Pedro Sánchez, no comenzaba precisamente mal para Podemos, pero las cosas no tardaban en torcerse. La gota malaya de las comunicaciones de la Secretaría de Estado de Comunicación, en manos del PSOE, les hacía tan pronto sonreír, pues en primer lugar se confirmaban sus cinco ministerios -incluida la vicepresidencia de Pablo Iglesias con la Agenda 2030 de la ONU en su seno- como cambiar de rictus, cuando la misma Moncloa comunicaba la campanada del día, sorprendente para todos, también para el líder de Podemos y su círculo más próximo: el Gobierno de "coalición progresista" tendrá cuatro vicepresidencias en lugar de tres, incluyendo una "climática" para Teresa Ribera, actual titular en funciones de la cartera de Transición Ecológica.

El papel de Iglesias, por tanto, queda notablemente diluido, ya que además de con Ribera tendrá que compartir rango con la vicepresidencia primera, Carmen Calvo, quien ocupará un despacho en La Moncloa y estará Presidencia entre sus competencias, y con la vicepresidenta económica, que como Sánchez anunció en campaña será para Nadia Calviño, una de las integrantes del Ejecutivo más alejada ideológicamente de Podemos.

Los cuatro, en una situación inédita en los gobiernos de España, compartirán protagonismo en los consejos de ministros de los viernes y también en la bancada azul que el Gobierno ocupa en la primera fila del hemiciclo del Congreso.

"Una figura como la de Pablo no la puedes diluir"

Todo ello al día siguiente de que con tanta solemnidad como opacidad informativa Irene Montero, que será ministra de Igualdad, firmase con la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, un estricto protocolo para los dos grupos parlamentarios que forman parte del Gobierno y para todos los ministros, que deberán evitar "opinar o dar publicidad a proyectos de otros ministerios antes de ser refrendado por el Consejo de Ministros".

En ese texto también se establecía la salvaguarda de la estructura del gabinete pactada ante posibles crisis de gobierno con cambios en los nombres de los ministros, que en ningún caso podrían alterar "el número de áreas gestionadas por el PSOE y Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del Gobierno en los términos acordados al inicio de la coalición". Qué duda cabe que esa estructura y, ni que decir tiene, su "peso relativo" se ven notablemente alterados con el ascenso de la ministra Ribera a vicepresidenta.

Pero, pese a todo, fuentes de Podemos aseguran que hay una cosa que no se puede "diluir" y es la figura política de Iglesias, uno de los principales líderes de la política española. "Nadie piensa que Calvo haya perdido peso por esto", argumentan, al tiempo que aseguran que "la política no funciona solo por rangos. El peso que tiene una figura como Pablo no lo igualas poniendo a otra figura que tenga un cargo como él". En definitiva, creen que los españoles, más allá de los matices, saben "que hay un Gobierno de Sánchez e Iglesias" y eso, concluyen, es lo importante.

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