Los mandos de los Comités de Defensa de la República (CDR) contemplan estupefactos el acuerdo de investidura entre ERC y el PSOE, partido al que acusan de ser uno de los principales responsables de la aplicación en Cataluña del artículo 155 de la Constitución y que según apuntan en un comunicado hecho público este martes "mantiene a compañeros como rehenes en la cárcel, promueve legislación liberticida y utiliza el asedio más intolerable contra el independentismo, como cualquier gobierno de derecha españolista por mucho que se quiera considerar progresista".
Pero el malestar de los CDR es todavía más agudo con los partidos independentistas, a quienes acusa de haber claudicado ante el Estado y de intentar "dominar la calle y desmovilizar al independentismo de base". Los CDR censuran a ERC por haber pactado con el PSOE, a Junts per Catalunya "por la brutalidad de los Mossos contra todo acto de protesta" habida cuenta de que el consejero de Interior y el presidente de la Generalidad pertenecen a esa formación" e incluso contra la CUP de quien dicen que "se encuentra en una posición de silencio en la que solo guarda las formas sin ninguna efectividad". De tal manera, los CDR consideran que los partidos separatistas "quieren cerrar desde arriba lo que la ciudadanía lucha desde la calle (...) el respeto al mandato popular del 1 de octubre".
En cuanto a la negociación para la que se preparan Sánchez y sus nuevos socios de ERC, los CDR advierten que "no esperamos nada de los partidos denominados independentistas, no esperamos nada de una negociación a nuestros ojos errónea, no esperamos nada de ninguna institución arbitral española que solo pretende la destrucción de la disidencia y tampoco esperamos nada de una comunidad internacional que permite que haya rehenes políticos desde hace más de dos años en prisiones españolas y catalanas".
Constatada su desafección de los partidos separatistas, los CDR apelan a la "autoorganización" y la "desobediencia civil", así como a atacar a las empresas del Ibex "en una verdadera revuelta popular". Sin embargo, no concretan qué acciones se plantean. Hasta ahora se han sumado a los llamamientos de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de los partidos que tan ásperamente critican en defensa de los dirigentes políticos.
Defensa de Torra y Junqueras
El último episodio fue el entusiasmo con el que cientos de miembros de los CDR se manifestaron en la plaza de San Jaime y enfrente del parlamento catalán en protesta por las decisiones de la Junta Electoral Central respecto a Quim Torra y Oriol Junqueras. También han protagonizado algunos escraches de decenas de personas en la sede de ERC y participan en el corte nocturno diario de la avenida Meridiana organizado por la ANC desde la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo el pasado 14 de octubre.
Tal como ellos mismos apuntan, los partidos tratan de retomar el control de las calles. Durante los disturbios posteriores a la sentencia, los CDR tuvieron un papel clave, pero poco a poco han cedido protagonismo en favor de Tsunami democràtic, la organización que preparó el asalto al Aeropuerto de El Prat y el corte de la frontera por La Junquera y que trató de impedir la celebración del Barça-Real Madrid.
El Tsunami, que ha sustituido a los CDR en la agitación callejera, guarda un silencio absoluto respecto al pacto de investidura. Su última actividad fue el despliegue de pancartas y esteladas en el concierto de San Esteban del Orfeón Catalán en el Palau de la Música, el pasado 26 de diciembre. La prudencia de la organización avala la tesis de que fue creada tras una reunión en Ginebra en la que participaron delegaciones de JxCat y ERC encabezadas por Carles Puigdemont y Marta Rovira.