Pablo Iglesias ultima su entrada en el Gobierno, donde ejercerá como vicepresidente de Asuntos Sociales, aunque no será el vicepresidente primero, el que hace las veces de presidente en ausencia del jefe del Ejecutivo, por ejemplo en los viajes al exterior. Tampoco tendrá, por tanto, el ministerio de Presidencia ni, consecuentemente, ejercerá su actividad en La Moncloa.
Su nuevo despacho, según fuentes de Podemos, estará en la sede del Ministerio de Sanidad, un edificio situado en el Paseo de El Prado de Madrid, muy cerca del Museo del mismo nombre. Allí tendrá como su mano derecha a Julio José Rodríguez, el militar retirado que fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que en varias ocasiones ha ido en listas de Podemos, aunque nunca obtuvo acta de diputado. También le acompañarán, en las dos Secretarías de Estado de la cartera, dos personas que siempre han sido importantes en el proyecto de Podemos. Se trata de la actual diputada Ione Belarra, que será la secretaria de Estado para la llamada Agenda 2030 de la ONU, y del economista Nacho Álvarez, que será el responsable de Derechos Sociales.
El corrimiento de tierras en la formación morada afectará también a su vida interna y parlamentaria. El número tres del partido, Pablo Echenique, se perfila como portavoz parlamentario, sustituyendo así a Irene Montero, que entrará en el nuevo Ejecutivo como ministra de Igualdad. El resto de los ministerios que ocupará Podemos, que serán ratificados por Pedro Sánchez la semana que viene, responderá también a los delicados equilibrios del partido con sus confluencias territoriales. Dicho en términos coloquiales por fuentes del partido, "para que no den guerra".
Así, Alberto Garzón ocuparía la cartera de Consumo, desgajada de Sanidad y, por tanto, con competencias muy mermadas; Manuel Castells, un sociólogo independiente y que en su día difundió fake news contra Albert Rivera, será el hombre designado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, mientras que Yolanda Díaz, diputada de la confluencia gallega pero muy próxima a Iglesias, ocuparía la cartera de Trabajo, aunque sin las competencias de Seguridad Social, en un nuevo recorte de la influencia morada en el gabinete. Este mismo martes, de hecho, Castells se dejaba ver con Colau en el Congreso, durante el debate de investidura.