Ni una defensa, ni una mención siquiera a las críticas de la portavoz proetarra Bildu, Merche Aizpurua, contra el rey Felipe VI sobre su "autoritarismo" vertido en el discurso del día 3 de octubre de hace tres años contra el golpe de Estado en Cataluña. En su turno de réplica, y tras las protestas de PP, Ciudadanos y Vox por no llamarle al orden por parte de la presidencia, el presidente del Gobierno obvió el asunto y no hizo ninguna referencia en defensa de la Jefatura del Estado.
Por contra, Pedro Sánchez hizo méritos para granjearse la prometida abstención de Bildu ateniéndose estrictamente a lo comprometido en el Estatuto de Guernika que, según el presidente del Gobierno en funciones tiene el "acierto de ser conscientes de que la sociedad vasca es una sociedad plural y no se puede diferenciar entre cuáles son los vascos buenos y malos en función de su afinidad o alineamiento con los sentimientos nacionales que puedan tener las distintas fuerzas políticas".
Un discurso buenista en el que se permitió "agradecer" su intervención a la portavoz de Bildu por "tender la mano para la agenda social porque Euskadi ha sufrido mucho en los últimos años". Y añadió que "nosotros defendemos el Estado autonómico y vamos a ser un valladar frente a las veleidades recentralizadoras y negacionistas y reivindicativas de un Estado centralista que precisamente ha traído deterioro en otras épocas".