Los graves problemas y retrasos que ha sufrido el programa S80 ha obligado durante estos años a la Armada española a prepararse para prolongar la vida de los sumergibles de la clase S70, que están actualmente en servicio pero cuya vida útil volvía a estar a punto de concluir. El objetivo era que este arma no perdiese la capacidades militares que aportan los submarinos mientras los nuevos S80 no pudiesen estar plenamente operativos.
La extensión de la vida útil se realiza con una operación denominada gran carena, durante la que se desmontan, revisan, cambian y modernizan casi todas las piezas que componen el submarino (unos 10.000 equipos), con especial atención a aquellas que no se pueden desmontar o extraer durante las revisiones habituales que se realizan a estos sumergibles. Todo el proceso de gran carena puede llegar a extenderse hasta los dos años de trabajo.
La previsión de la Armada era realizar la quinta gran carena de su vida útil al S71 Galena y al S73 Mistral, y tener prevista la del S74 Tramontana, que se terminaría realizando en función de cómo fuese evolucionando el programa del S80. Con ese calendario, la gran carena del S71 Galena se inició en diciembre de 2017, para lo que el Gobierno habilitó una partida extraordinaria de 43 millones de euros.
Sin embargo, las últimas novedades en el programa S80 ha variado los planes de la Armada. Esta misma semana, Navantia ha procedido en sus astilleros de Cartagena al cierre del casco resistente del primer submarino S80, lo que le pone en la recta final del proyecto, permitiendo con toda seguridad la incorporación de la dotación de quilla a partir de enero de 2020, y su entrega a la Armada en septiembre de 2022.
Fuentes de la Armada han confirmado este viernes que se ha renunciado a llevar a cabo la quinta gran carena del S73 Mistral debido a "la buena marcha del programa S80", a la "experiencia adquirida durante la quinta gran carena del S71 Galerna" y a "la duración estimada y el impacto económico que conllevaría la quinta gran carena del S73 Mistral".
"Esta decisión tiene unos efectos que repercutirán positivamente en otros aspectos de la capacidad submarina de la Armada. Los recursos económicos que se iban a destinar a la gran carena ahora cancelada facilitarán la ejecución de otros gastos necesarios para la entrada en servicio de los nuevos submarinos de la serie S-80", añaden desde la Armada.