En principio, este jueves era un día en Podemos para hablar sólo, y hasta donde se pudiera, de las negociaciones para un gobierno de coalición con el PSOE. Pero el coloquio de Pablo Iglesias en una sala del Congreso con dos periodistas llegaba rodeado por la última polémica que salpica a la formación morada, la denuncia de dos abogados despedidos de "graves irregularidades" financieras y de otro tipo, por ejemplo en la "limpieza" de las consultas a los militantes.
Iglesias evitaba hábilmente a la prensa tanto a la entrada como a la salida del acto, celebrado en la sala más grande de la Cámara Baja, mientras fuentes de Podemos insistían, lo hacían desde el miércoles por la noche, en negar tajantemente las acusaciones de los abogados despedidos, José Manuel Calvente Redondo y Mónica Carmona Segura.
Las mismas fuentes hablaban en un primer momento de una "reestructuración" del área legal del partido, pero pasadas las horas todo se reducía a un presunto acoso sexual a una trabajadora del despedido Calvente, del que habría pruebas como "pantallazos" de mensajes, según otras fuentes.
Una denuncia discreta
Una acusación a la que daba carta de naturaleza, tras la espantada de Iglesias, la diputada Sofía Castañón, Secretaria de Feminismos, en una comparecencia ante la prensa, en la que describía como de "acoso laboral por razón de género" la conducta en la que habría incurrido el abogado.
Preguntada sobre por qué no se había llevado el caso a la Justicia, afirmaba que el caso se había llevado "con la discreción que requieren este tipo de situaciones. Cualquiera que tenga sensibilidad, y me parece que esto el feminismo esto lo ha colocado en el centro del debate, se sabe que se tienen que hacer respetando muchísimo a la persona afectada, se ha llevado con toda la discreción por eso mismo".
En todo momento, Castañón evitaba aclarar otras cuestiones, incluso si se mantenía abierta la auditoría interna abierta por los abogados despedidos. Este viernes Iglesias tendrá más difícil eludir pronunciarse en público sobre el caso, salvo que anulase la tradicional atención a los medios de los líderes nacionales en la fiesta de la Constitución.