El vallado fronterizo de Ceuta ya tiene sus primeros tramos libres de concertinas. Los operarios de la empresa pública TRAGSA (Transformación Agraria S.A.), que ha sido la designada por el Ministerio del Interior para llevar a cabo las obras en los perímetros de las dos ciudades autónomas, han comenzado en las últimas horas a retirar estos elementos de seguridad que estaban en el vallado desde el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
El Gobierno en funciones de Pedro Sánchez anunció a mediados de noviembre que estas obras se iniciarían antes de la finalización de ese mes, pero no ha sido posible y han comenzado con unos días de retraso debido a algunos ajustes técnicos y problemas con la climatología. La previsión que tienen en Interior es que las nuevas fronteras remodeladas estén terminadas en septiembre de 2020, es decir, que el proceso de obras se alargue durante diez meses.
La retirada de las concertinas fue la gran promesa que realizó Fernando Grande Marlaska a los pocos días de tomar posesión como ministro del Interior. El objetivo era cambiar la seguridad del vallado para evitar que se pudiesen dar imágenes que empañasen su gestión al frente del departamento. Encargó diversos estudios y finalmente se decidió porque esos elementos disuasorios sean sustituidos por un sistema tubular en la parte alta del vallado que no causa lesiones físicas.
De manera paralela, se reforzará la altura del vallado que está actualmente en uso, que pasará en la gran mayoría de las zonas desde los 6 metros de altura actuales a los 10 metros de altura. Para ello será necesario volver a pavimentar en muchas zonas la base del vallado, que tiene ya más de 15 años de antigüedad. La nueva seguridad del vallado se adaptará a las características del terreno de cada una de las ciudades, mucho más abrupto en Ceuta que en Melilla.
En la ciudad de Ceuta ya se ha instalado también el nuevo circuito cerrado de televisión, que está compuesto por 66 cámaras, 14 de ellas térmicas, además del sistema de reconocimiento facial en el puesto fronterizo de El Tarajal. Queda pendiente todavía la adecuación de las zonas de tránsito de peatones y las obras de remodelación de las instalaciones fronterizas que usan las Fuerzas de Seguridad en la ciudad.
Las obras del perímetro fronterizo de Melilla van ligeramente más despacio que las de Ceuta, y es que todavía no se ha iniciado el desmantelamiento de la sirga tridimensional –colocada también por el Gobierno de Rodríguez Zapatero– y que se quitarán antes de hacer lo propio con las concertinas. La previsión del Ministerio del Interior es que se inicien sin mucha demora en cuestión de horas o días.
En esta ciudad autónoma también se tiene todavía que instalar una nueva red de fibra óptica y ampliar y modernizar el sistema cerrado de televisión. También está pendiente la instalación del sistema de reconocimiento facial en los puestos fronterizos de Beni Enzar, Barrio Chino, Mariguari y Farhana, entre otras actuaciones.