Termina la reunión de PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez con una primera cesión como punto de partida, escrita negro sobre blanco de dos formas distintas. La del PSOE: comprometerse a "encauzar el conflicto político en Cataluña desde el diálogo y el entendimiento institucional". La de ERC, que "ambas partes han establecido un punto de partida común al constatar la necesidad de abordar políticamente un conflicto que es, esencialmente, de naturaleza política". Así han zanjado PSOE y ERC las dos horas y media de este primer encuentro de los equipos negociadores, con sendos comunicados y sin comparecencias ante la prensa.
Dos redacciones distintas, un idéntico objetivo: avanzar en la mesa de diálogo entre partidos y gobiernos para "buscar una solución democrática para Cataluña", en palabras de los separatistas, y "que se fundamenta en cuatro pilares: que sea entre gobiernos, sin apriorismos ni temas vetados, con calendario y con garantías de cumplimiento". Es decir, que se pueda hablar de las dos principales exigencias, autodeterminación y amnistía, palabras que no menciona expresamente ERC en su comunicado.
Un juego de sobreentendidos que permite a PSOE y ERC emplazarse a un nuevo encuentro el martes 3 de diciembre a las 17:00 horas en el mismo escenario del Congreso de los Diputados y no en Barcelona, como se había especulado previamente.
Primer encuentro que no ha servido para cerrar ningún acuerdo, pese a los intentos del Gobierno por urgir a ERC a hacerlo, y que no ha conseguido cambiar la posición de partida de Esquerra que sigue instalada en el 'no': "La posición de ERC respecto a una eventual investidura del señor Sánchez sigue siendo negativa".
Pese a todo en el PSOE hablan de "una primera aproximación en la que se ha podido constatar la existencia de diferencias pero también de puntos de encuentro y, en todo caso, la voluntad compartida de diálogo que permita desencallar la formación de gobierno". Según Esquerra, "aunque los diagnósticos no son coincidentes, sí comparten la necesidad de poder retomar la vía del diálogo entre partidos e instituciones" a través de "un diálogo abierto y sincero implicando a la sociedad civil".
Sin ruedas de prensa
Sin rendición de cuentas, el blindaje mediático fue total para garantizar que, esta vez sí, el pacto de silencio garantizase las condiciones de una negociación fructífera, a diferencia de lo que ocurrió en la negociación con Podemos retransmitida en directo durante el pasado mes de julio. Ahora, PSOE y ERC se conjuraron contra las filtraciones sumidos en el más absoluto hermetismo y manteniendo a raya a los periodistas que podrían encontrar fisuras en el camino al acuerdo.
El objetivo de este jueves era evitar el enfangado terreno de las ruedas de prensa en las que alguno de los interlocutores pudiera protagonizar una salida de tono que despertara suspicacias, como ocurrió este martes cuando Gabriel Rufián hablo de un "Sánchez débil y derrotado" ante el que tuvo que hacer de tripas corazón la portavoz socialista, Adriana Lastra.
El pacto de silencio llegó hasta el extremo de haber impedido este jueves a los periodistas acercarse a la sala del encuentro, el comedor de gala de las dependencias del grupo socialista en el número 36 de la carrera de San Jerónimo. Allí, solos frente a los informadores gráficos, los protagonistas del encuentro –de izquierda a derecha: Salvador Illa, José Luis Ábalos, Adriana Lastra; y por ERC, Gabriel Rufián, Marta Vilalta y Josep María Jové, el llamado arquitecto del 1-O y mano derecha de Junqueras–, escenificaron la tensión y los nervios que en estos momentos abruman a más de uno ante el temor de que pudiera fracasar el pacto.
Tensión, a cortar con un cuchillo, en el momento en que los fotógrafos les pidieron incluso cortar un poco el hielo: "¿Sería mucho pedir un apretón de manos?", inquirieron. Sin mediar palabra, Lastra y Rufián accedieron a la petición con sonrisas forzadas de los socialistas y rictus serios de los republicanos, especialmente de Jové, en el extremo izquierdo de la instantánea.
Si hay pacto, investidura el 16-D
Por parte del Gobierno se han intensificado los mensajes urgiendo al pacto "cuanto antes", a poder ser "antes de las Navidades". "No hay tiempo que perder", apremió la vicepresidenta, Carmen Calvo, pocas horas antes del inicio de la reunión. Presiones como mensaje velado a ERC para que rebaje sus posiciones maximalistas y acepte una abstención a sabiendas de que, en lo fundamental –autodeterminación y amnistía–, no hay posibilidad de acuerdo. Sí hay espacio para moverse en cambio en el plano simbólico, pero también en el contenido de fondo, como ha demostrado el Ejecutivo en su blanqueamiento de ERC como una "izquierda histórica", en palabras de Carmen Calvo, y en el reconocimiento de "un conflicto político" en Cataluña, según José Luis Ábalos, dejando obsoleto y caduco el "problema de convivencia".
Guiños, gestos y cesiones discursivas con las que el Ejecutivo asume como propio el discurso independentista en aras de cerrar un acuerdo inminente que le permita ir a una investidura los días 16 y 18 de diciembre. Sólo se acudirá a esa sesión de investidura en caso de tener garantizada la victoria, gracias a la abstención de ERC, según cuentan fuentes socialistas, porque de lo contrario las terceras elecciones podrían coincidir en plena Semana Santa, como ya publicó Libertad Digital, disparando de forma notable el riesgo a una alta asbtención del electorado ante un escenario inédito. Por ello, desde el Gobierno asumen ahora que, si no hay acuerdo, Pedro Sánchez no se presentará a la investidura hasta el mes de enero.
ERC percibe avances en el lenguaje
En ERC, fuentes del partido insisten en que "ellos no tienen prisa", así lo dijo también este lunes la portavoz en Cataluña, Marta Vilalta, aunque sin embargo se intuía cierta satisfacción en esta primera toma de contacto ante los gestos verbales del Gobierno. Para ERC es muy importante la terminología, de cara a su electorado pensando en un posible adelanto electoral en Cataluña y con el gesto de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, escondiendo la "autonomía de Cataluña" del título de la comisión bilateral de Gobierno a Gobierno, hablando de ERC como "una izquierda histórica" y el viraje de "la crisis de convivencia" al "conflicto político", que esta mañana verbalizaba el secretario de organización socialista y ministro en funciones, José Luis Ábalos, a ERC ya les valdría de cara a sus feligreses.
ERC buscaba marcar el camino al PSOE y con los gestos arrancados hasta ahora al Gobierno, lo están consiguiendo. Entre esos gestos, la foto de la humillación al PSOE recibiendo y posando junto al autor intelectual del referéndum ilegal del 1-0, Josep María Jové, en el Congreso de los Diputados. En cualquier caso, desde ERC dejan claro que lo de este jueves ha sido una primera toma de contacto para poner sobre la mesa las dos posiciones. En las siguientes citas, el partido del condenado por sedición, Oriol Junqueras no podrá evitar poner sobre la mesa los dos ejes de las múltiples patas de su ansiada "mesa entre iguales" que son la autodeterminación y la amnistía. Falta por concretar si esta maniobra tiene lugar antes o después de la investidura pensando ya en los presupuestos.