La confianza del Gobierno empieza a flaquear. Lo que hasta hace pocos días era un "esto está hecho" o "no hay ninguna opción de que no salga", se ha abierto ahora al reconocimiento de que la vía de ERC "podría fracasar", según reconocen fuentes de Moncloa a Libertad Digital, y acabar votando en contra de la investidura de Pedro Sánchez en lugar de la deseada abstención.
Un significativo cambio de discurso que diluye el optimismo gubernamental y que evidencia las fisuras en el discurso del Gobierno ante la posibilidad de que pudiera producirse una nueva investidura fallida. En Moncloa no creen que éste sea el escenario más probable pero sí admiten que "es posible".
Prueba de ello es el llamamiento que ha hecho este jueves a ERC la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra: "PSOE y Podemos somos los dos únicos partidos que abogamos por el diálogo en Cataluña y ello debería servir de reflexión a ERC". Lastra no quiso valorar "los procesos internos de otros partidos", en referencia a la consulta a las bases de ERC, que en Moncloa y Ferraz interpretan como una forma de "buscar salidas ante la presión de Junts y la Cup" y la posibilidad de que el presidente catalán, Quim Torra, pudiera precipitarse con un adelanto electoral.
Con el PP, "es ciencia ficción"
En lo que no hay cambios, no obstante, es en el plan B del Gobierno en el caso de que fracasara la abstención de los republicanos. Pese a lo que temen en Génova, expresado este jueves por la portavoz popular, Cayetana Álvarez de Toledo en Es la Mañana de Federico en esRadio, el PP no está en la diana. "Eso es ciencia ficción", descartan en Moncloa, "ni nosotros podemos ni pueden ellos", explican en referencia a que Pablo Casado "está fuera de foco por la presión de Vox y no se puede inmolar".
Reunión de Calvo y Arrimadas
Sin embargo, la novedad está en que sí hay plan B, que se ha activado por orden de Pedro Sánchez y que pasa por Ciudadanos. Este miércoles, la sucesora natural de Albert Rivera, Inés Arrimadas, desveló que había recibido una llamada del Gobierno para mantener un encuentro inminente, pero dijo desconocer el objeto y contenido de ese sondeo. Las citadas fuentes de Moncloa revelan que fue la vicepresidenta, Carmen Calvo, quien descolgó personalmente el teléfono y que será ella quien mantendrá una reunión con Arrimadas la semana que viene. El encargo de Calvo es conseguir la abstención de Ciudadanos a la investidura de Sánchez "por si acaso".
Un plan B que el Gobierno ve posible en la convicción de que Ciudadanos "ha pagado en las urnas el error de imponer un veto al PSOE y ahora debe enmendar su error" en esta nueva etapa post Rivera. Recuerdan, además, que "Ciudadanos lo sabe porque el propio Rivera prometió en campaña que no bloquearía la investidura".