Lo adelantaban fuentes socialistas: PSOE y Podemos han llegado a un "principio de acuerdo" para un gobierno de coalición del que informaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pasadas las 14:00 horas en la Sala Comedor de Gala del Congreso de los Diputados. Un acuerdo para un gobierno de coalición en el que la vía elegida por Sánchez, como adelantó Libertad Digital, es dejar en manos de ERC la luz verde y en el que el líder de Unidas Podemos podría ser vicepresidente del Ejecutivo.
Según ha explicado Pedro Sánchez en una declaración sin preguntas y en la que los periodistas han sido desalojados de la sala, la rapidez en alcanzar un acuerdo radica en la imposibilidad de pactar en la anterior negociación frustrada antes del verano: "Somos conscientes de la decepción de los votantes progresistas. El proyecto político es tan ilusionante que supera cualquier desencuentro que pudiéramos tener".
Sanchez abogó por la lealtad entre ambas formaciones para un pacto que "permita una legislatura" y anunció que "desde hoy mismo iniciaré una ronda con los grupos políticos para propiciar el respaldo mayoritario en la cámara. No hay motivos para más bloqueos. Apelamos a la responsabilidad y generosidad y el PSOE hace suyo ese llamamiento porque España necesita ese gobierno estable".
Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha agradecido a Pedro Sánchez que se avenga a negociar "un gobierno de coalición progresista como la mejor vacuna contra la extrema derecha". No desvelaron la incógnita fundamental: si será o no Iglesias vicepresidente del Ejecutivo, pero fuentes de ambas formaciones confirmaron a este periódico que "así será". El levantamiento del veto sobre su personal ha sido fundamental para sellar el acuerdo.
Sigilo en las negociaciones
Las conversaciones se llevan produciendo desde el domingo electoral por la noche, cuando Sánchez e Iglesias intercambiaron algunos mensajes telefónicos. Desde entonces, según fuentes de Moncloa, se han producido contactos discretos y con sigilo, con el objetivo de que fructificase un acuerdo, marcando distancias con lo ocurrido en abril, cuando las conversaciones se producían a través de los medios de comunicación y de que se pudiera llevar a término la promesa electoral de iniciar y avanzar en las negociaciones en 48 horas. En Moncloa avanzan que habrá un "gobierno rápido".
Pablo Iglesias se movió la misma noche electoral mandando un mensaje de texto a Pedro Sánchez felicitándole por la victoria pero también recordando al líder del PSOE la necesidad de conformar un gobierno progresista tras el auge de Vox. Fue la única pista que lanzó el líder de Podemos cuyos siguientes pasos han sido llevados con total discreción. En Podemos nadie tuvo agenda el día después de las elecciones. La Ejecutiva del partido se reunió el lunes por la mañana para analizar los resultados pero ni siquiera avisaron a los medios como sí habían hecho en otras ocasiones.
Ahora, se conoce el por qué. Ya lo dijo Iglesias durante la campaña: que si había posibilidad de formar gobierno con el PSOE querría hacerlo con total discreción y sigilo. Así ha sido. Satisfecho, el secretario general de la formación morada ha calificado de "verdadero honor" la oportunidad de "trabajar codo con codo" para esta "oportunidad histórica". "Por nuestra parte, dejamos atrás cualquier reproche", ha señalado Iglesias que ha prometido a Sánchez que podrá contar con "toda su lealtad y apoyo".
"Lo que en abril era una oportunidad histórica se ha convertido en una necesidad histórica", ha comenzado Iglesias su intervención repitiendo las palabras que pronunció en la noche electoral. Según el líder de Podemos, con este preacuerdo "se combina la experiencia del PSOE con la valentía de Unidas Podemos". Su objetivo principal será la "justicia social".
Los diez puntos del acuerdo
En el preacuerdo firmado por ambas formaciones no hay rastro de las responsabilidades que asumirán cada uno. Sobre este asunto tan solo se indica lo señalado por Pedro Sánchez durante la declaración conjunta: que el nuevo gobierno "se regirá por los principios de cohesión, lealtad y solidaridad gubernamental, así como por el de idoneidad en el desempeño de las funciones".
Un documento que, sin embargo, sí avanza sobre los objetivos que ambas formaciones quieren lograr durante la legislatura. Basado en diez puntos, en el preacuerdo se habla de "consolidar el crecimiento y la creación de empleo", "justicia fiscal y equilibro presupuestaria" y "fortalecer a pequeñas y medianas empresas y a los autónomos". Pretenden también "trabajar por la regeneración y luchar contra la corrupción" y "luchar contra el cambio climático". Asimismo quieren aprobar nuevos derechos como "el derecho a una muerte digna y a la eutanasia", "políticas feministas" o "revertir la despoblación".
El punto más sensible es el dedicado a Cataluña. Conocida la diferencia de criterios entre ambas formaciones, en el texto se habla de "garantizar la convivencia en Cataluña". Un objetivo que piensan cumplir "fomentando el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento siempre dentro de la Constitución".