El viaje de Estado de los reyes Felipe y Letizia a La Habana ha dejado imágenes que no dejan en buen lugar a la monarquía española y al Gobierno de Pedro Sánchez, verdadero instigador de la visita oficial: la primera reunión oficial de un jefe de Estado español con un dictador cubano y una visita distendida de los Reyes al centro colonial de la capital, saludando a turistas y curiosos.
Normalidad institucional y cordialidad por parte de los Reyes, a pesar de haber sido recibidos por el dictador Miguel Diaz-Canel y su esposa, Lis Cuesta, en la sede del Consejo de Estado, y sensación de deber cumplido por parte del Ejecutivo, que se empeñó en mantener la visita pese a la situación en la isla con un refuerzo de la persecución a la disidencia política, la coyuntura política en España, estando en funciones y justo después de unas elecciones generales repetidas por el bloqueo político.
El Gobierno español ha querido dar a la visita la categoría de "viaje de Estado", la más alta en el protocolo español, y poner fin así a lo que consideraba una anomalía histórica, que Cuba, la última colonia de la Corona española en América, que tuvo un papel clave en la historia española en América, no hubiera recibido aún una visita de máximo nivel de los jefes de Estado. Cuba es el único país iberoamericano que no había visitado hasta ahora el Rey, que como Príncipe de Asturias recorrió todos los demás en las tomas de posesión de los presidentes durante 18 años.
"Son 500 años de la fundación de la ciudad, España no podía faltar a esta cita histórica", ha argumentado el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación en funciones, Josep Borrell, tras acompañar a los Reyes en su visita por el centro colonial de la ciudad. Es, ha dicho, "un momento histórico, una primera visita de un Rey de España a Cuba y a La Habana en particular".
Al margen de la coyuntura política
El ministro no ha querido hacer comentarios sobre la situación política en España, donde el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, han anunciado un acuerdo para gobernar en coalición. "No se me olvida, pero a partir de ahora voy a estar de vacaciones hasta las cuatro de la tarde", ha bromeado.
Aunque los Reyes llegaron el lunes por la noche a la isla, los actos oficiales han comenzado el martes por la mañana para la ofrenda floral que forma parte del protocolo cubano para las visitas oficiales, ante el monumento a José Martí, el poeta convertido en héroe de la Guerra de la Independencia de Cuba contra España. El memorial está en lo alto de la plaza de la revolución, así que la ofrenda, precedida por los himnos de los dos países, ha dejado la lamentable imagen de los Reyes y la delegación española flanqueados por los gigantescos retratos murales del asesino Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos.
El jefe del Estado y su esposa han ido después a la sede del Consejo de Estado, donde los han recibido Díaz-Canel y Lis Cuesta, antes de una ceremonia de honores y revista de tropas por parte de los jefes de Estado en el mismo salón donde hace un año Díaz-Canel recibió a Pedro Sánchez en un claro acto de blanqueamiento de la dictadura. Eso sí, esta vez la ceremonia ha incluido un saludo a las banderas de ambos países. El saludo también lo han hecho la Reina y Lis Cuesta, que han hecho el mismo recorrido, una deferencia porque lo habitual es que la esposa de Díaz-Canel se quede esperando junto a la delegación en las visitas oficiales.
Reunión y firma de un acuerdo
El Rey se ha reunido con Diaz-Canel, acompañados ambos por sus respectivas delegaciones, durante una media hora. Según el ministro Borrell, en esa reunión las delegaciones han hablado "de todo", según ha dicho en una conversación informal con periodistas cuando se le ha preguntado si habían hablado de derechos humanos.
Después, ambos jefes de Estado, sonrientes, han presidido la firma del nuevo Marco de Asociación País, el documento base de la Cooperación española en Cuba en 2019-2022, valorado en 57,5 millones de euros.
Precisamente, de forma paralela, la reina Letizia y Lis Cuesta han visitado la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, punta de lanza de la cooperación española en la isla, por la que han pasado más de 1.500 jóvenes desde 1992 para formarse en tareas relacionadas con la conservación de patrimonio histórico.
Ha sido después de esa visita a la joya de la cooperación española en La Habana cuando el Rey ha acudido también a la zona colonial de la ciudad para un breve paseo junto a su esposa, ataviado, como buena parte de la delegación española, con la tradicional guayabera caribeña, en color azul.
Los reyes se han marchado a comer en privado y esta tarde irán al Gran Teatro Alicia Alonso, para ver la exposición fotográfica "España y Cuba: contigo en la distancia" y asistir a una gala de danza. Después, volverán a la sede del Consejo de Estado, donde se reunirán de nuevo con Díaz-Canel y su esposa, para la cena oficial que pondrá fin a la primera jornada de la visita.