El Mundo
El periódico que dirige Francisco Rosell pasa de Vox y tira por la economía. "El paro ya crece como en el peor momento de la crisis". "Los españoles acudirán a las urnas este domingo bajo una de las coyunturas económicas más pesimistas de los últimos años", pero "la economía no está teniendo el peso que debería en esta campaña", dice el editorial. Y tiene razón. Los columnistas hablan del debate, de Cataluña, mucho de Vox. Federico Jiménez Losantos tiene una visión muy original de quién ganó el debate. "Pese a la ausencia de vida periodística en el inacabable pestiño, el candidato ganador fue, si duda, Junqueras, cuya compañía desea más el candidato del PSOE que la del potentado de Galapagar, que ahora no pide sillones sino sofás. Rivera ha caído por su empeño en ser Casado, y Casado quiere ser Rivera. Así que, vacío el amplísimo carril derecho, Abascal entró hasta la cocina". Y es que lo de Abascal en el debate ha sido un revulsivo en los últimos días de campaña. No se habla de otra cosa. "Sánchez reformula la última parte de la campaña: el PSOE como único modo de parar a Vox". "Casado se lanza a frenar la subida de expectativas de Vox". Raúl del Pozo sentencia: "Abascal se creció y descubrió que con esos antifascistas bizcochos, en dos elecciones más , arrolla y lo llevan a la Moncloa". Pues no te digo yo que no.
El País
El País tiene el susto metido en el cuerpo y dedica todo el periódico a alertar sobre Vox, desde el mismo editorial que lleva a la portada. Primero compara a Vox con las hordas indepes de Cataluña. "La amenaza para la convivencia que representa el ultranacionalismo en España no deriva de que sea catalán, sino de que es ultrancionalismo, con los mismos rasgos autoritarios, las mismas obsesiones identitarias y las mismas argucias demagógicas que el exhibido por Abascal". Que se sepa, los de Vox no van pegando y escupiendo a la gente por la calle. "Abascal gustó de presentarse a sí mismo como el arrojado adalid de un movimiento enfrentado a una dictadura que solo existe en su retórica y en su fanatismo", le dijo la sartén al cazo. El País "recuerda" a Abascal que "las únicas medidas que se han impuesto en España sin estar respaldadas por el voto mayoritario de los ciudadanos no son las de ningún perverso progresismo" sino las de la dictadura de Franco, de la que, según Soledad Gallego, Abascal tiene una "inconsolable nostalgia". Pero si no había nacido. "La presencia de una fuerza como Vox en un debate electoral en el que se dirimía el inmediato futuro político de España, así como la escalofriante naturalidad con la que los argumentos xenófobos e intolerantes de su líder se codearon impunemente con los del resto de los partidos, debería encender sin más demora todas las alarmas". Habría que recordar a El País que Abascal estaba en ese debate debido al respaldo del mismo voto de los ciudadanos al que apela. ¿O es que el voto sólo se respeta si responde a los intereses de El País? Pepa Bueno le toma el relevo al editorial en su columna. "Lo que resulta asombroso es que por un puñado de votos, no hubiera un coro de cuatro voces que impugnara en ese plató la cantidad de simplezas antidemocráticas que soltó, con eficacia, el líder de Vox (…) Todos hemos afrontado el dilema de ignorar o desmontar las recetas de la extrema derecha, pero cuando las encuestas la sitúan como tercera fuerza en el Congreso, el dilema desaparece". Vaya, esta vez se les ve realmente asustados, sin la impostura que acostumbran. ¡Qué viene el lobo!
ABC
"Sánchez no sabe, no contesta", dice sobre los datos del paro. Luis Ventoso ve otro peligro en el ascenso de Vox. "Sus soluciones sencillas y su apelación nacionalista confortan a muchas personas legítimamente enfadadas. Y sumará muchos votos de desahogo. Que en la práctica contribuirán a más Sánchez al mermar la única alternativa realista", que para él es el PP, claro. Ignacio Camacho se teme lo mismo. "El debate premió a los dos candidatos populistas porque se está rompiendo el eje moderado que vertebra la política". "Con Vox por encima de los cuarenta o cincuenta escaños y Cs en vía muerta, no habrá modo de cuajar una alternativa moderada a la hegemonía de la izquierda. La posverdad trumpista de Abascal, sus expeditivas recetas propias de Gil y Gil sin guayabera, encuentran eco en un votante harto de que separatistas y comunistas se le suban a la chepa". Y es que "vencedor de este debate solo ha habido uno: Abascal", dice Carrascal con rotundidad. Que esta vez lo de Vox puede ser cierto lo demuestra lo sucedido ayer en Dos Hermanas. "El candidato de Vox abarrotó anoche el auditorio de Dos Hermanas, baluarte del socialismo con un tipo de público que no responde al tópico de la derecha". Que tiemble El País.
La Razón
"Sánchez teme perder las elecciones en la jornada de reflexión" por la violencia en Cataluña. Sería justicia poética por lo del 11-M. "Preocupación por cómo pueda afectarle en las urnas una nueva oleada de violencia en las calles en vísperas de las elecciones o el mismo domingo y que la opinión pública no comparta su respuesta". ¿Eso es todo lo que le preocupa de lo que está ocurriendo en Cataluña? Pues es un miserable. Si deja a esos salvajes campar a sus anchas con la excusa de la moderación y la proporcionalidad no se merece ser presidente del Gobierno. Que se ponga las pilas y en lugar de intervenir el espacio digital que baje a la puta calle. Lleva La Razón una encuesta de NC Report que lleva la contraria al mundo entero. "Sánchez fue el perdedor y Casado el ganador, seguido de Iglesias. El PP es el que más voto recibió tanto de Vox como de Ciudadanos". Parece el CIS de Tezanos. Menos mal que este lo pagan ellos de su bolsillo. El caso es que en la página de al lado dicen que "Abascal ha subido 32.000 votos al día en dos semanas". Y que "Abascal ha sido el ganador para los ciudadanos en las encuestas y también el mejor para muchos periódicos". ¿A quién ha preguntado NC Report? ¿A Casado? David del Cura pone a caldo a Vox. "Abascal supo aprovechar las verdes praderas que le dejaron sus contrincantes para galopar a calzón quitado y chorro libre". Dice que tendremos que prepararnos para que el domingo los listos de turno se pregunten "¿cómo ha podido pasar?". "Pues porque lo han alimentado y nadie le ha matizado, corregido, apuntado o denunciado. Cada uno tendrá sus razones partidistas para haber dejado chospar el político ultramontano", dice. Vox "tiene un corpus ideológico que trasciende el ámbito conservador para engarzar directamente con el afán de la Falange". Debería ficharle El País. El puntito graciosillo del día lo pone Ussía. "¿En qué estaría pensando Iglesias durante el debate para confundir una manada con una mamada?". Lo mejor del debate con diferencia. Es un obseso sexual.
La Vanguardia
"Vox vuelve al centro de escena", firma Enric Juliana, que nunca le perdonará a Sánchez que repitiera las elecciones. "Pedro Sánchez enarbola de nuevo el miedo a Vox para llamar a la Mayoría Cautelosa". Así, con mayúsculas. Cree Juliana que Sánchez no respondió a Abascal "para que el ascenso de Vox sea el principal tema de discusión en los próximos días", que al PSOE "ahora le interesa la polarización con Vox". Para nada, Juliana, al PSOE le ha pillado el triunfo de Abascal tan con el pie cambiado como a todo el mundo. "El tema de conversación de los últimos días será: ¡Que viene Vox!". La cosa es que esta vez parece cierto. ¿Será como en el cuento de Pedro y el lobo?