Insólitas imágenes. Niños y niñas de muy corta edad tratando de pegar a los policías nacionales de la Unidad de Intervención Policial (UIP). En medio del caos y el humo en el centro de Barcelona, una niña trata de agredir por la espalda a un agente. Le lanza un par de puñetazos a la espalda que topan con las prendas de protección del policía. Se ha debido lastimar los nudillos, pero la criatura no siente nada más que la adrenalina. Recibe un empujón del policía, pero ella vuelve a la carga. El uniforme no le impresiona. Gritos de "policía asesina" y "fachas". Más niños, estudiantes de secundaria, menores de 16 años que se encaran con los agentes.
Los policías utilizan las defensas a modo de eso. Tratan de pastorear a los muchachos, sacarlos de la zona sin causar males mayores. La acometividad de algunos de ellos obliga a agentes de paisano a practicar una inmovilización. Más niños y niñas que se encaran con los agentes y agentes que avanzan y tratan de asustar a los críos con suaves toques de porra. Es la revuelta de los niños del procés, los efectos de la doctrina nacionalista en lo que las entidades constitucionalistas definen como madrasas en vez de escuelas. Niños y niñas de primeros cursos en primera línea de los disturbios, alucinados y alucinando, sin conciencia del riesgo, dispuestos a encararse con la "policía asesina", jugando a la independencia.