El Ministerio del Interior ha hecho un nuevo movimiento para afrontar los disturbios que están teniendo lugar en Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes golpistas. Y eso que el propio ministro, Fernando Grande Marlaska, ha pronosticado este jueves una disminución de los altercados. Y es que en las últimas horas ha llegado a Barcelona el camión antidisturbios de las UIP de la Policía Nacional.
El vehículo se encuentra estacionado en el Puerto de Barcelona y con total disponibilidad para ser desplegado durante la jornada de este jueves si fuera necesario, según han confirmado a Libertad Digital fuentes policiales, que destacan también que la operatividad de este camión antidisturbios requiere asimismo de un amplio dispositivo de protección, cerca de una treintena, a su alrededor para evitar que pueda ser atacado o inutilizado por los independentistas radicales.
Este camión antidisturbios está especialmente diseñado para disolver grandes masas de gente en entornos urbanos. Su principal característica es que tiene un lanzador de chorros de agua con capacidad de hacer giros horizontales de 180 grados y con un ángulo vertical de entre -45 grados y 90 grados. Los casi 7.000 litros de su depósito pueden salir a una velocidad de hasta 200 km/h y se puede disparar de tres formas: chorro corto, chorro largo o chorro continuo.
Ese chorro es controlado por jostick desde la cabina del camión, en la que caben cuatro agentes y cuanta con dos armeros para guardar escopetas policiales. El vehículo cuenta con un depósito de unos 30 litros de capacidad para almacenar colorante, que puede ser mezclado con el agua para manchar del color del colorante a los violentos que participan en los disturbios, facilitando su posterior detención por su participación en los mismos.
Este camión antidisturbios fue comprado en 2014 por el Gobierno Rajoy en un momento en el que las manifestaciones por la crisis económica eran muy habituales y una buena parte de ellas acababa en disturbios especialmente violentos. En aquel momento la Policía tenía varios vehículos de este tipo pero muy viejos y obsoletos. Conocido popularmente en la Policía como "El Botijo", nunca ha sido utilizado en un dispositivo real.
La compra fue duramente criticada por el PSOE, que curiosamente controla ahora el Gobierno que lo ha desplegado en la Ciudad Condal. El entonces portavoz socialista en la comisión de Interior del Congreso de los Diputados, Antonio Trevín, llegó a registrar una iniciativa en la que tildaba esta adquisición de "ocurrencia" y proponía anular la compra para gastar ese dinero en la reforma de instalaciones policiales.