Albert Rivera explicaba este lunes, en una comparecencia ante los medios en los pasillos del Parlamento de Cataluña, en el que seguía desde la tribuna de invitados el debate de la moción de censura de Lorena Roldán contra Quim Torra, el nuevo giro estratégico a su discurso dado el pasado sábado, cuando levantaba el veto sobre el PSOE con el que concurrió a las elecciones del pasado abril.
El líder naranja afirmaba que no es momento de mirar "al pasado" aunque reprochaba a Pedro Sánchez que no le hubiera llamado cuando a finales de septiembre ofreció su abstención para una investidura a cambio de tres condiciones, que incluían cambiar el Gobierno de Navarra, donde los socialistas se han aliado con los nacionalistas, incluido Bildu, y aplicar de nuevo el artículo 155 en Cataluña. El propio Rivera rechazó antes del verano otras dos reuniones con Sánchez, algo que reiteradamente le han reprochado los socialistas.
Rivera volvía a pedir a los socialistas que "rectifiquen" y les instaba a hacerlo, en primer lugar, en la moción a Torra, cambiando la abstención de los 17 diputados del PSC por un sí. "Que no estén al lado de Torra hoy, o de Otegi en Navarra, sino de Ciudadanos o el PP" expresaba gráficamente, antes de pedir al PSOE "que sumemos" recordando algunas de las diez reformas que puso sobre la mesa este fin de semana: "La natalidad, las familias, los autónomos, los impuestos, la lucha contra la despoblación, la economía, el paro, todo eso son prioridades que España tiene paralizadas mientras este país no se ponga en marcha".
"Los que queremos el bien para España"
Para Rivera, en este nuevo tiempo, marcado por la necesidad de superar el bloqueo político, Sánchez ya no es, como dijo a finales de julio, en el fracasado debate de investidura del líder socialista, el jefe de "la banda" que pretendía "repartirse el botín" con los "populistas" de Podemos y los separatistas catalanes.
Por el contrario, lo incluye, junto a Pablo Casado, entre quienes quieren "el bien para España" y que, precisamente, por ello, deberían "aparcar diferencias" ya que "si no nos unimos los que queremos el bien para España, ganan los separatistas, ganan los que quieren destruir, los que quieren dividir, como Torra hoy si el Partido Socialista no se suma a esta moción".
El presidente de Ciudadanos se pronunciaba también sobre las malas noticias que le dejan las encuestas en los últimos días tirando de precedentes: "En Andalucía, todas las encuestas decían que no iba a haber cambio, que iba a seguir el PSOE otros cuatro años. ¿Y qué pasó? que algunos creímos en el cambio, confiamos en que se podían cambiar las cosas". También afirmaba que los sondeos no predijeron el resultado del 28-A con respecto a Ciudadanos, que con 57 escaños y por primera vez más del 15% del voto obtuvo, recalcaba "el éxito mayor que ha tenido este partido".
Como ejemplo de unidad, aunque evidentemente en una magnitud nimia con respecto a posibles ententes de futuro con PSOE y PP, Rivera ponía el nuevo acuerdo para integrar a UPyD en las listas de Ciudadanos. Un pacto que incluirá el que Fernando Savater cierre la lista de Madrid, algo que el líder naranja anunciaba con "orgullo".