Los militantes y dirigentes de la Candidatura de Unidad Popular (CUP) han decidido concurrir en las próximas elecciones generales del 10 de noviembre. Rompen así la tradición de no presentarse más que a las elecciones municipales en lo que ellos denominan "países catalanes" y en las autonómicas catalanas. La formación de la izquierda antisistema nacida a mediados de los ochenta del siglo pasado siempre se había negado a participar en unas elecciones generales entre otras razones porque no reconocían ni al Estado español ni la monarquía constitucional.
En un comunicado hecho público este sábado, la formación, una agrupación de partidos, asegura que dan el paso por "el contexto de excepcionalidad democrática marcado por la represión y la criminalización del independentismo". También afirman en la nota que "hay fuerzas independentistas dispuestas a garantizar la gobernabilidad del Estado español", algo que censuran y condenan. De hecho, el objetivo de la CUP es "impedir la gobernabilidad", así como conseguir "la amnistía de todas las personas represaliadas" y el derecho de autodeterminación.
La exdiputada autonómica Mireia Vehí ha sido la encargada de dar a conocer la decisión de la militancia de la CUP, aunque en la línea habitual de hermetismo no se ha dado a conocer ni el número de votantes en la asamblea ni el resultado del escrutinio.
Habida cuenta de que la CUP considera "presos políticos" a los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) detenidos esta semana por terrorismo, no se descarta que alguno de ello forme parte de la lista electoral, al estilo y semejanza de ERC y Junts per Catalunya con los golpistas encarcelados.