Pablo Iglesias no entrará en el cuerpo a cuerpo con Iñigo Errejón después de que Más Madrid, el partido de quien fuera su mano derecha, haya decidido presentarse a las elecciones del 10 de noviembre. La consigna es mantener un perfil bajo a este respecto, al menos de momento. En Podemos ya saben que las guerras internas pasan factura y por ello se limitarán a decir que la irrupción de Errejón es lícita y normal.
Es, precisamente, lo que ha hecho este lunes Pablo Iglesias durante una entrevista en Televisión Española. "Todas las opciones son legítimas", ha señalado, añadiendo que era "previsible" que el líder de Más Madrid quiera dar el salto a la política nacional y que ahora toca esperar para saber si finalmente se presentará solo por Madrid o por otras circunscripciones.
Así, ha rechazado responder a la pregunta de si la irrupción de Errejón quitará votos a Unidas Podemos. "Nos equivocaríamos si hablamos solo de lo que vamos a hacer los partidos. Nos estamos jugando más cosas como derogar la reforma laboral o las pensiones. Es lógico que se hable de partidos y encuestas pero lo importante es lo que se juega la gente con su voto", se ha quejado.
También ha sacado a relucir el tema de las cloacas y de los poderes que, según Podemos, les impide estar en gobierno. Dice Iglesias que hay "un apartheid político" contra su partido y que por ello a la formación morada no le preocupa que haya nuevos actores políticos que se presenten a las elecciones. "Acoso no es que Íñigo se presente. Acoso son las cloacas", ha sentenciado.
Eso sí, las heridas provocadas por la marcha de Errejón aún duelen y por eso no ha podido evitar lanzar una indirecta a su excompañero de partido augurándole que terminará integrado en el Partido Socialista. "Las escisiones no son una novedad en la política española", ha comenzado explicando para poner dos ejemplos. El primero el de Pablo Castellano y Alonso Puerta que se marcharon del PSOE para formar parte del PASOC que terminó integrado en Izquierda Unida. El segundo ejemplo es el de Diego López Garrido y Cristina Almeida, que salieron de Izquierda Unida, fundaron un partido y acabaron dentro del PSOE.
De esta manera, Iglesias ha vuelto a poner de manifiesto, como ya hiciera la semana pasada, la sintonía entre Pedro Sánchez e Íñigo Errejón. "A nadie le puede extrañar que Pedro Sánchez quiera pactar con Errejón", ha señalado. "A todos se nos va a juzgar por nuestros hechos", ha vaticinado asegurando que con el tiempo se verá "hasta qué punto hemos sido fieles a nuestra palabra".