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Pedro Sánchez rechazará la coalición con Podemos tras el 10-N porque "no dormiría por las noches"

Así lo trasladó a su Ejecutiva tras tachar de "inviable" esta fórmula y constatar las "enormes diferencias" entre Iglesias y Errejón.

Así lo trasladó a su Ejecutiva tras tachar de "inviable" esta fórmula y constatar las "enormes diferencias" entre Iglesias y Errejón.
Entrevista de Ferreras a Sánchez | Imagen TV

Ni la ha habido ni la habrá. El gobierno de coalición con Podemos se ha demostrado "inviable" y así seguirá siéndolo en el escenario post electoral del 10-N. Así se lo comunicó el presidente del Gobierno en funciones y candidato socialista a la reelección, Pedro Sánchez, a la Ejecutiva socialista reunida este jueves en Ferraz, según relatan a Libertad Digital fuentes del citado órgano.

Sánchez dejó claro que la oferta que se planteó en julio in extremis ha caducado y que no se explorará esa vía nuevamente tras la repetición electoral, con lo cual dejó claro que el PSOE confía en sacar adelante la gobernabilidad futura gracias a la interlocución con las formaciones de centro de derecha, PP y Ciudadanos.

Una afirmación que no quiso verbalizar el presidente en funciones en una entrevista realizada en La Sexta donde sí reconoció que "yo podría ser presidente ahora pero tendría que haber aceptado que el ministro de Hacienda, o el responsable de las pensiones fueran del círculo cercano del señor Iglesias, con poca experiencia en gestión pública. Sería un presidente del Gobierno que no dormiría por la noche, como la mayoría de los españoles que estarían intranquilos".

Una intranquilidad que repitió en varias ocasiones y que fundamentó en la pretensión de Podemos de tener "dos gobiernos en uno" de haber aceptado las exigencias de Pablo Iglesias. "Yo hoy sería presidente de un Gobierno que hoy mismo tendría una crisis de Gobierno porque hemos escuchado esta mañana al líder de los comunes y a Ada Colau diciendo que, si la sentencia es dura, habrá que manifestarse en favor de los presos políticos, que es como los llama ella, y diciendo que en España no se respetan los derechos humanos". Es decir, "hoy habría dos gobiernos: uno del PSOE defendiendo la Constitución y otro de Unidas Podemos hablando de presos políticos".

En un claro argumento electoral, Sánchez reiteró haber optado por los intereses generales en lugar de "elegir el camino fácil" de permanecer en Moncloa gracias a un pacto con Iglesias que habría derivado en un gobierno inestable. Una fórmula "inviable", según reconoció el líder socialista: "Lo que creo es que el planteamiento de gobierno de coalición con Podemos es inviable" pero "eso no significa que no podemos entendernos y colaborar".

Sobre los resultados electorales, dijo "impugnar" el análisis mayoritario de que habrá un resultado muy similar al del 28-A porque "el 10-N los ciudadanos tienen mucha más información. Hoy saben que Podemos ha vetado cuatro veces un gobierno del PSOE" y que "Podemos ha demostrado que, si no se hace lo que Iglesias quiere y decide, es capaz de arramplar incluso con el ayuntamiento de Madrid y con Manuela Carmena".

Una mención a la que siguió la de otro crítico: Iñigo Errejón, quien se llevó las alabanzas del presidente socialista y su esmero por marcar diferencias con Iglesias: "Yo nunca he hablado con Errejón pero he visto cosas que ha dicho que me parecen esperanzadoras, tengo que decirlo...". 'Cosas' entre las que citó que "dijera que él hubiera aceptado la oferta que le hice a Iglesias, que hubiera facilitado un gobierno progresista, e incluso lo que propuso en la Comunidad de Madrid" al anunciar que "estaba dispuesto a darle sus votos gratis a Ángel Gabilondo para evitar que la ultraderecha entrara en el Gobierno". Una decisión que "parecería de ciencia ficción en boca del señor Iglesias".

En su empeño por marcar diferencias con Iglesias, constató "las diferencias muy notables de cómo entiende la política el señor Iglesias y cómo la entiende el señor Errejón" que encarna, según los socialistas, la vía posibilita para el entendimiento entre PSOE y Podemos. Y desveló una cosa más acontecida el pasado martes en la conversación telefónica mantenida entre Sánchez e Iglesias antes de acudir ambos al Palacio de la Zarzuela: "Iglesias me dijo: 'A partir del 10 de noviembre yo pediré entrar en el Gobierno de España'. Yo le dije 'vale, pero yo no estoy pensando en ello'". Una respuesta que podría parecer un lugar común de no completarse con la siguiente pregunta que se hace de forma retórica Pedro Sánchez: "¿Merece la pena un gobierno condenado a fracasar?". La respuesta hoy y tras el 10-N volverá a ser el 'no es no'.

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