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La 'vuelta al cole' de Pedro Sánchez: renuncia a septiembre y prepara la reválida del 10-N

Su entorno prepara la narrativa electoral pero mantiene en público la esperanza del último minuto para atribuir la culpa a Pablo Iglesias.

Su entorno prepara la narrativa electoral pero mantiene en público la esperanza del último minuto para atribuir la culpa a Pablo Iglesias.

Pensaban muchos que Pedro Sánchez iría, como los malos estudiantes, a septiembre y que, tarde y mal, retomaría la negociación que fracasó en julio tras haber renunciado previamente a iniciarla durante los 80 días que pasaron desde las elecciones del 28 de abril hasta principios de julio, cuando se sentaron por fin a hablar Pedro Sánchez y Pablo Iglesias enrocados en torno a la formación de un Gobierno de coalición.

El pacto saltó por los aires

Una sola llamada lo dinamitó todo el miércoles 24 de julio, tras un stand by en la negociación entre Carmen Calvo y Pablo Echenique. Después de que el PSOE se plantara con un "hasta aquí" ante la negativa de Podemos a aceptar la "generosa" oferta de un gobierno de coalición que incluía la vicepresidencia para Irene Montero y algunas carteras más de nueva creación, entre ellas el santo y seña socialista de la Igualdad. Pero Podemos dijo que no y Pedro Sánchez descolgó el teléfono para calentar a Pablo Iglesias. Y lo consiguió.

Lo que en Ferraz llaman hoy el "error histórico" de Podemos su segundo 'no' a Sánchez, que será el mantra electoral del 10-N–, se fundamenta en la sorpresa de muchos socialistas que no entienden que Iglesias no haya sabido percibir y aprovechar una oportunidad "que nunca quiso ofrecerle Pedro Sánchez" pero que "se vio forzado a hacer, convencido por los suyos".

Dirigentes socialistas enfrascados en la negociación como Carmen Calvo y Adriana Lastra y que, en contra del criterio del jefe de gabinete de Moncloa, Iván Redondo, susurraban al oído del presidente que las bases del PSOE "no nos perdonarían no aprovechar la oportunidad histórica de formar un gobierno de coalición con Podemos". Le convencieron. Pero cuando, llegada esa noche del miércoles 24 de julio, Sánchez recibió otro no por respuesta, se armó de razones dándole una sonora patada al tablero de la gobernabilidad y haciendo saltar por los aires la fórmula de una coalición que nunca quiso y que estuvo a punto de verse forzado a aceptar.

Directos al 10-N

Ahí terminó todo y, a día de hoy, nadie con peso en el Gobierno y el partido augura otro escenario que el de una repetición electoral el 10 de noviembre. Escenario que apuntala Sánchez después de no haber dado señales durante el verano, dando largas a Podemos, y priorizando a los colectivos sociales que le dan ideas para su programa electoral pero no votos para su investidura en el Congreso. Porque Pedro Sánchez no quiere aprobar el examen de septiembre, ni siquiera presentarse.

No habrá septiembre

Según explican distintas fuentes de su entorno a Libertad Digital, Pedro Sánchez no tiene intención de presentarse a una sesión de investidura en septiembre y pretende dejar correr el tiempo hasta que expire el plazo el día 23 de septiembre. La única duda entre sus más estrechos colaboradores es si habrá ronda de consultas con el Rey. Para ello se ha reservado la semana previa a la disolución, del 16 al 20 de septiembre, para que el rey Felipe VI pueda cumplir con la función que le otorga el artículo 99 de la Constitución pero, según estas fuentes, el resultado será la ausencia de candidato, y la marcha inexorable del reloj constitucional hasta el lunes 23 de septiembre en que se disolverían las cortes de forma automática tras el refrendo del Rey de una convocatoria de elecciones para el 10 de noviembre.

Calendario preelectoral

En su calendario de vuelta al cole figuran la presentación de su programa político de 300 medidas el martes 3 de septiembre (lo que será el boceto de su programa electoral), la clausura de la Universidad Menéndez Pelayo en Santander el miércoles 4 y esa misma tarde su reunión con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en Bilbao. Toda una declaración de intenciones que sea el PNV el primero de los interlocutores con quien se entreviste y no quien hasta ahora era su socio preferente.

Sin noticias de la reunión con Podemos, sólo se sabe que pretende teatralizar una nueva ronda "a partir del 9 de septiembre". Será en la misma semana en que comparecerá el jueves 12 de septiembre para rendir cuentas ante el Parlamento por los dos últimos Consejos Europeos en Bruselas. Dos citas políticas, la ronda de contactos y la comparecencia, que terminarán de certificar la defunción de una legislatura que nació muerta el 28 de abril. Pedro Sánchez aspira a resucitar en noviembre, una reválida de su primera victoria electoral y en la que confía en seguir ampliando su ventaja sobre su contrincante Pablo Iglesias.

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