Los equipos de la Armada continúan los trabajos para tratar de salvar la operatividad del cazaminas M-34 Turia, que durante la jornada de ayer encalló en una playa del Mar Menor (Murcia) cuando participaba en las labores de búsqueda de los restos del caza C101 del Ejército del Aire que se estrelló este lunes, y en el que perdió la vida el comandante Francisco Marín Núñez, instructor de la Academia General del Aire y exmiembro de la Patrulla Águila.
Fuentes militares han informado este miércoles que la mejoría de las condiciones de viento y mar han permitido a los buceadores realizar inmersiones para determinar el alcance de la vía de agua que se había abierto en la zona de la sentina, un área que tiene como objetivo recolectar todos los líquidos aceitosos procedentes de pequeñas pérdidas en tuberías, juntas y bombas fruto del trabajo normal de la planta motriz del barco.
Y es que el barco se introdujo en una zona con multitud de rocas mientras estaba se encontraba en la maniobra de recuperación del vehículo de exploración submarina con el que estaban detectando restos de la aeronave siniestrada en el fondo del mar. Esta vía de agua provocó ayer la inundación de varios compartimentos, cuya agua se está intentando achicar desde pasada la media tarde de este martes.
De manera paralela, los equipos de la Armada están procediendo a la extracción del combustible que se encuentra en el interior del cazaminas, algo más de 30 toneladas, con el objetivo de evitar que se pueda verter al mar y provoque un problema medioambiental. Tras el impacto contra las rocas, ya salió al mar una pequeña bolsa conformada por líquidos y combustible que se apreciaba a simple vista desde las cercanías, pero que ha ido desapareciendo con el paso de las horas.
Por otra parte, en lo que a las tareas de búsqueda de los restos del caza C101 del Ejército del Aire siniestrado, la Armada ha informado que en las últimas horas se han incorporado a las labores de búsqueda dos nuevos cazaminas. Exactamente, el M-32 Sella y el M-33 Tambre.