Un hombre de 47 años y de nacionalidad dominicana es el muerto número catoce en circunstancias violentas en lo que va de año en Barcelona. El fallecimiento se registró en la noche del jueves, tras una pelea en el distrito de Nou Barris de la que los Mossos desconocen todavía los motivos y las circunstancias. Se trató del cuarto incidente con armas blancas en las últimas 48 horas.
Mientras las autoridades niegan que la situación se les haya ido de las manos y aseguran que Barcelona es una ciudad segura, se suceden los altercados con heridos graves y muertos, así como los robos con violencia en un ambiente de máxima inquietud ciudadana. El pasado 8 de agosto, la alcaldesa accidental, Janet Sanz, del grupo de los "comunes" de Ada Colau, preguntada sobre la inseguridad declaraba a El Periódico que "lo que veo en mi entorno es una enorme preocupación por la emergencia climática. No identifico una percepción superior de inseguridad. Hay otros temas más prioritarios para mi entorno, como la precariedad laboral. No niego un problema subjetivo de inseguridad. Los indicadores dicen que hay temas en los que debemos mejorar. Para eso hay un teniente de alcalde de Seguridad".
Tal teniente de alcalde es el socialista Albert Batlle, que fue director de los Mossos d'Esquadra hasta pocas semanas antes del referéndum ilegal del 1-O, y quien este mismo viernes niega en otra entrevista en ABC que la situación se haya desbordado, culpa a los medios de sensacionalismo y afirma que "el otro día saltó la noticia de un apuñalamiento por la espalda y al final eran dos borrachos que se habían peleado y uno había herido al otro con una botella rota. No digo que no sea grave. No digo que no me importe. Pero es confundir y alarmar a la gente sin motivo, crear una sensación de pánico".
No obstante, Batlle reconoce la ausencia de efectivos policiales y promete que en breve se incorporarán trescientos agentes de los Mossos a las tareas de seguridad de Barcelona. Por su parte, lo sindicatos de la Guardia Urbana denuncian que sólo cuentan con dos furgonetas para patrullar la ciudad por las noches y que las políticas de Ada Colau en contra del cuerpo policial le han dejado sin recursos humanos y técnicos para hacer frente a la creciente inseguridad.
A pesar de que la situación ya se constató antes de las elecciones municipales. el asunto casi no estuvo presente en la campaña electoral. Ahora, Colau guardia silencio, al igual que el consejero de Interior de la Generalidad, Miquel Buch.