Se acabó. Los puentes están rotos y se ha abierto fuego en la batalla por el relato. Tras una jornada de negociaciones entre Carmen Calvo y Pablo Echenique, primero en persona y luego en tres conversaciones telefónicas durante la tarde de este jueves, PSOE y Podemos no pudieron aguantar más la alta tensión de las horas finales de la negociación e hicieron saltar los plomos.
Primero disparó Podemos filtrando la última conversación entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en la que Sánchez le transmitió a Iglesias vía telefónica cuál era "su última palabra": Podemos no tendrá "ni la cartera de Trabajo, ni Hacienda, ni Transición Ecológica, ni Igualdad".
Después respondió el PSOE, a rebufo, viéndose en la necesidad de dar su propia versión. Varios minutos después de filtrarla Podemos, la dirección del PSOE confirmó la conversación telefónica pero no con el mismo contenido. En la versión socialista, el candidato Sánchez "le había trasladado a Iglesias la necesidad de desbloquear para que España pueda seguir avanzando".
La entrevista 'fantasma'
En medio de dimes y diretes vía comunicados y fuentes de ambas formaciones, saltaba la noticia que, para más surrealismo, daba Paz Padilla en el programa Sálvame de Telecinco: el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, concedería una entrevista a Telecinco, en el informativo de Pedro Piqueras a las 21:00 horas de este jueves. En Ferraz confirmaban, en Moncloa también, pero apenas duró unos minutos: la entrevista se canceló poco después sin explicación oficial.
Desde el Twitter oficial de Mediaset se vieron obligados a emitir un comunicado asegurando que "con respecto a la entrevista anunciada por Pedro Sánchez, el equipo del presidente nos propuso ofrecer una entrevista en el informativo que dirige Pedro Piqueras y habíamos acordado comunicarla a partir de as 20:00 horas pero finamente acudirá mañana a Informativos T5".
"Hemos pedido respeto y no nos lo han dado"
La filtración de la entrevista enervó aún más los nervios de Podemos, formación en la que se apresuraron a sentenciar que "Sánchez va a televisión a justificarse y a culpar de nuevo a Pablo Iglesias de que no haya acuerdo, cuando nosotros hemos hecho todo lo posible". "Lo que no podíamos era aceptar puestos simbólicos sin competencias ni presupuesto", añadían.
Desde la formación morada mantienen que, como ya dijo el lunes Pablo Iglesias durante el primer día de debate de investidura, el Gobierno "sólo" les ha ofrecido puestos "decorativos". "Les hemos pedido respeto y no nos lo han dado", explican desde la formación morada que aseguran que "nosotros ya no podemos hacer nada. No quieren llegar a ningún acuerdo y eso se ha visto claro".
Filtraciones de documentos
El anuncio de la entrevista y su cancelación posterior ha calentado a ambas formaciones inmersas en el fuego cruzado de una batalla abierta en la que PSOE no ha sido el primero en disparar, pero sí quien ha utilizado toda la artillería disponible. Desde Ferraz han querido filtrar en un principio el documento con las exigencias de Podemos al PSOE para demostrar las propuestas más surrealistas de la formación de los círculos.
Y, después, tras la invitación de Podemos, han publicado un nuevo documento con la última oferta del PSOE, en la que se incluye una vicepresidencia de Asuntos Sociales e Igualdad con competencias del ramo para Irene Montero y tres ministerios: Vivienda y Economía Social, Sanidad y Asuntos Sociales e Igualdad.
También han relatado que durante la negociación se han puesto encima de la mesa otras carteras como Ciencia, Cultura, Agricultura, Sanidad y Turismo.
Podemos también da su versión
Pero la batalla no ha acabado ahí. Pasadas las diez y media de la noche, Podemos hacía público un comunicado en el que relataban su versión y en el que decían que ellos "siguen apostando por un Gobierno de coalición y con ese objetivo llevaban intentando pactar con el PSOE desde casi la noche electoral del 28 de abril un acuerdo integral en el que Unidas Podemos pueda ejecutar políticas sociales en proporción al apoyo electoral obtenido en las urnas".
"El pasado jueves, Pedro Sanchez aseguró en público que el único escollo para lograr este acuerdo era la no presencia de Pablo Iglesias en el Consejo de Ministros. Como visteis, al día siguiente, el líder de Podemos anuncia que él no sería el obstáculo para poder llegar a un acuerdo", trataban de justificarse desde la formación morada argumentando que este jueves, "a las pocas horas de la segunda votación, vemos cómo el PSOE trata de romper todos los puentes y filtra a la opinión pública multitud de documentos".
En ese texto, los de Pablo Iglesias reconocían que era "cierto que nos han hecho en estos dos días diferentes propuestas de ministerios inexistentes o vacíos, pero nunca todos juntos sino siempre por separado". Y explicaban que "ese documento dado a conocer de la oferta del PSOE tiene truco: puede parecer que las han ofrecido de manera acumulativa y no ha sido así, nunca estaría Podemos en más de uno o dos de los que aparecen en ese listado y siempre para evitar acceder a compartir los ministerios que nos permitirían desarrollar políticas sociales".
"Desde el PSOE nunca ha habido una oferta que nos permitiese desarrollar las políticas que estamos planteando: subir el SMI, acabar con la temporalidad... Nos han llegado a decir que no podemos tener la cartera de Trabajo porque somos incómodos para la CEOE", se quejaban desde Podemos. "Unidas Podemos no quiere entrar en el Gobierno a cualquier precio, queremos competencias para desarrollar políticas sociales en Igualdad, Trabajo, Hacienda y Transición Ecológica", terminaban.
Al mismo tiempo que Podemos enviaba este comunicado, sus socios de Izquierda Unida anunciaban que "la colegiada de IU, tras la realización de un referéndum a sus bases, se reunirá mañana viernes a las 12:00 h para decidir el sentido de su voto con la información de la que disponga a esa hora, una vez finalizadas las negociaciones con el PSOE". Es decir, habrá que esperar hasta esa hora para conocer el voto de los de Alberto Garzón, que podría ser distinto al de los diputados de Podemos.