Como estaba previsto, Pedro Sánchez no ha logrado ser investido presidente en la primera votación, en la que necesitaba de mayoría absoluta. El socialista sólo ha obtenido 124 síes, los de su grupo y el del PRC de Miguel Ángel Revilla.
170 diputados, los de PP, Cs, Vox, ERC, JxCat, Coalición Canaria y Navarra Suma votaron en contra y 52 se abstuvieron. Entre ellos estuvieron los de Podemos, que decidieron en el último momento esta opción como gesto en las negociaciones. Irene Montero, que votó telemáticamente, lo hizo en contra al haber votado el lunes. PNV, EH Bildu y Compromís también se abstuvieron.
Con esta votación se abre un periodo de 48 horas hasta la segunda, que se producirá el jueves no antes de las 14.30 horas. Ese es el plazo de que disponen PSOE y Podemos para lograr un pacto que haga presidente a Pedro Sánchez.
En esta ocasión, a Sánchez le bastará una mayoría simple, es decir, más síes que noes, para ser investido. Sin el apoyo de Podemos no lo logrará, aunque las negociaciones continúan encalladas. La tensión entre los dos partidos que formarían el primer gobierno de coalición en España se hizo visible este lunes, en el enfrentamiento entre Sánchez e Iglesias de la sesión de investidura. Después de que el candidato ninguneara a su "socio preferente" en su discurso inicial, Iglesias le avisó de que no se "dejarían pisotear".
El Gobierno trató este martes de culpar a Iglesias de la situación creada. Según Carmen Calvo, con su dura intervención había "complicado" las negociaciones. En Podemos, mientras, continuaban expresando su malestar en los pasillos aunque insistían en que la negociación sigue abierta. Tras el discurso de Adriana Lastra, la formación decidió abstenerse en lugar de votar en contra. Ahora, tienen dos días de plazo para pactar programa y cargos, el punto más complicado para el acuerdo.
Por el momento, el PSOE ha optado por convocar una Ejecutiva extraordinaria en la que se podrían aprobar nuevas condiciones para formar gobierno con Podemos, como medida de presión al partido morado.