Una sola mención. El presidente del Gobierno y candidato a la investidura, Pedro Sánchez, ha dedicado dos horas exactas a su discurso de investidura y apenas treinta segundos para citar al "socio preferente" con quien negocia, en palabras del Gobierno, "el primer gobierno de coalición de la historia de la democracia". En los últimos dos minutos de su intervención, Sánchez ha querido "agradecer muy señaladamente la interlocución a Unidas Podemos" con quien "estamos en condiciones de alcanzar un acuerdo".
"Procedemos de dos tradiciones distintas de la izquierda. Hasta ahora hemos hablado de nuestras diferencias y estamos comprobando que no es sencillo alcanzar un punto de acuerdo pero nada que merezca la pena es fácil y lo que tenemos por delante merece mucho la pena", ha apuntado con gran ceremonia el candidato.
También llamó la atención la ausencia de referencias a Cataluña. El "asunto de Estado" que arguyó Sánchez la semana pasada para rechazar la entrada de Pablo Iglesias en el Gobierno porque su posición sobre Cataluña, en defensa de los presos políticos" y el derecho a decidir, "podrían paralizar al Gobierno".
El mutismo de Sánchez sobre la cuestión territorial ha sido denunciado por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, para quien señaló "el camino de esta mañana no ayuda", porque "aleja" su voto a favor de la investidura aunque también ha reconocido que "queda mucho debate por delante".
Las negociaciones con Podemos
Con las negociaciones estancadas, en "bloqueo total" según Podemos y tras una reunión entre los negociadores Carmen Calvo y Pablo Echenique minutos antes del inicio de la sesión y que ha acabado "sin acuerdo", el presidente ha optado por ignorar, ningunear al líder de la formación morada que decidió dar un paso atrás el viernes y "autoexcluirse" de la entrada en el Gobierno. Sin embargo, ello no ha desatascado las negociaciones que siguen enrocadas en la vicepresidencia social para la número dos de Iglesias, Irene Montero.
Desde la tribuna de oradores del Congreso, Sánchez sí hizo una única referencia inicial a las derechas de PP y Ciudadanos al pedirle asumir "el contundente mandato del 28 de abril" y que sirviera para que "los dos partidos de la bancada conservadora se alejaran de las redes autoritarias de la España de Colón. Sánchez reprochó a Pablo Casado y Albert Rivera "olvidarse de aquellos discursos que reivindicaban a la lista más votada, expulsaron del constitucionalismo a aquellas formaciones que no piensan como ellas y, con el mismo cordón sanitario impuesto al PSOE, se han puesto una soga a la ultraderecha y a la estabilidad política española".
Un discurso en el que, lejos de optar por un solo camino, el presidente del Gobierno en funciones apeló al conjunto de la cámara: "Les pido que facilitemos entre todos la formación del Gobierno de España. No estamos eligiendo entre izquierda y derecha, entre progresistas y conservadores porque eso ya lo hicieron los españoles el 28 de abril. Estoy proponiendo simple y llanamente que España tenga Gobierno y que tenga oposición, que no quede bloqueada". Y lanzó un guante para "un pacto de Estado para que abordemos la reforma del artículo 99 de la Constitución para que nunca más vuelva a ocurrir el bloqueo en nuestro país".