El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo ha dejado muy claro: "Pablo Iglesias es el principal escollo, no puede estar en el Gobierno". En una entrevista en La Sexta ha profundizado en los motivos de su argumentación centrando toda la cuestión en las discrepancias sobre Cataluña y el posible adelanto de la sentencia del juicio del 1-O, tal y como ayer adelantó Libertad Digital.
"Yo no me puedo permitir el lujo de tener un vicepresidente político que no defienda la democracia española. Cuando habla de presos políticos, ¿qué está diciendo? ¿Que en España se está persiguiendo a personas que tienen ideas distintas y que están en la cárcel por esas ideas? ¿O porque han cometido hechos delictivos que están siendo juzgados en el tribunal supremo?".
Subiendo notablemente el tono contra quien supuestamente le pidió la vicepresidencia social del Gobierno, según le ha desvelado Sánchez a su Ejecutiva, ha añadido: "Yo no me puedo permitir el lujo de tener, ante una de las mayores crisis de Estado que vamos a tener en las próximas semanas y meses, no me puedo permitir el lujo de que lo único que haga sea mirar para otro lado".
El candidato a la investidura ha dejado claro que no habrá rectificación en torno a la entrada de Iglesias y ha denunciado que "el 99% de las conversaciones que yo he tenido con el señor Iglesias han sido sobre todo, y fundamentalmente, sobre los cargos" pero que el líder de Podemos no le permitió centrarse en asuntos políticos, programáticos y problemas ciudadanos.
Pese a todo, Sánchez ha presumido de haberse movido hasta aceptar la entrada de ministros cualificados de Podemos en el Ejecutivo pero que fue Iglesias quien la calificó de "idiotez" y dinamitó el acuerdo convocando una consulta a la militancia. "La oferta sigue en pie hasta la próxima semana. No habrá más ofertas. Y me parecería tan duro que no pudiera haber gobierno entre PSOE y Podemos porque haya una discrepancia en cuanto a la entrada del señor Iglesias en el Gobierno... Tendría que reflexionar seriamente el señor Iglesias y Unidas Podemos si merece la pena".
En último término, ha reconocido que una investidura en septiembre sería "más difícil" que en julio por el adelanto de la sentencia del procés y ha abierto la puerta a una repetición de elecciones el 10 de noviembre que se produciría en medio de un clima de desencanto aunque ha manifestado que no cree que esto hiciera mella en la participación porque "la ciudadanía quiere que haya gobierno".