La negociación vuelve a la casilla de salida: Podemos no tendrá ministerios y se quedará relegado al segundo nivel de la estructura gubernamental: de secretarías de Estado "para abajo". Una oferta que devuelve las posiciones a lo anticipado por fuentes socialistas antes incluso de la campaña electoral y que sin embargo encierra una de cal y otra de arena.
La oferta hecha por Pedro Sánchez a Pablo Iglesias es que el primero elige el cargo y el segundo el nombre; es decir, que no habrá necesidad de consensuar a la persona que "decida la organización de Podemos" en aras de compensar quedarse fuera del gabinete ministerial, tal y como ha explicado la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.
"El presidente en funciones también ha hecho oferta en unos puestos de responsabilidad que, desde luego, no son en el Consejo de Ministros y estamos a la espera de que Unidas Podemos de una respuesta".
Y lo que pretende seducir a Iglesias de cara a obtener su voto a favor es que él podrá decidir a las personas sin necesidad de consensuarlo con el PSOE: "la oferta ha sido a su organización, como es lógico. Si llega a buen puerto, las personas y los lugares se acordarán. Y, naturalmente, al presidente en este caso no es a quien le tocará determinar a las personas que puedan estar en nombre de Unidas Podemos".
Calvo defendió la diferencia que existe con el gobierno valenciano, en el que Podemos si ha entrado en la estructura del Gobierno "porque aquí no suma como en Valencia. No hay mayoría absoluta con la izquierda en este caso" y "el presidente considera que necesita llegar a acuerdos con otras fuerzas" que podrían frustrarse con la entrada de Podemos en el Ejecutivo. "Aquí el dilema es: o construyes, o destruyes", ha añadido.