Era un secreto a voces, pero Manuel Valls lo verbalizaba con nitidez en la rueda de prensa concedida este miércoles, en medio de una gran expectación, en el Ayuntamiento de Barcelona. Desde la irrupción de Vox en las elecciones andaluzas del pasado diciembre, cuando una mayoría del centroderecha pudo formar el primer Gobierno de la historia alternativo al PSOE , su relación con Albert Rivera estaba rota y sólo su "compromiso con Barcelona", decía el ex primer ministro francés, la mantuvo con vida hasta las elecciones municiales.
Confirmada la ruptura, Valls, que aseguraba que se quedará en el consistorio barcelonés en una "posición modesta", con apenas dos concejales, y que calificaba de "incomprensible" la decisión de Celestino Corbacho de integrarse en el grupo de Ciudadanos, lanzaba una feroz andanada contra Ciudadanos, singularmente centrada en Rivera, al que acusaba de haber dejado "huérfanas" a todas las personas que en diciembre de 2017 dieron su apoyo, en las elecciones autonómicas celebradas tras la aplicación del 155, al "mensaje de coraje y de firmeza de Inés Arrimadas". Un mensaje con el que parece postularse como líder constitucionalista en Cataluña, lanzando de paso un guiño a Arrimadas, con cuyo entorno personal mantiene buenas relaciones.
En todo momento, Valls defendía su apoyo a la proclamación de Ada Colau como alcaldesa, asegurando que el pasado sábado se hizo "historia" si bien admitía sus decisiones "erráticas" como la colocación de un lazo amarillo en la fachada del consistorio y afirmaba que la alcaldesa probó el sábado "su propia medicina, la de los escraches".
Valls culpaba a Rivera de haber pactado con una formación no liberal y "reaccionaria" en referencia a Vox, aseveraba que él no admite "lecciones de lucha contra el nacionalismo y el populismo, ni en Francia ni aquí" y dejaba claro también que, en su opinión, Ciudadanos debería abstenerse para facilitar la investidura de Pedro Sánchez.
Arrimadas contesta
En una breve comparecencia ante los medios en Pamplona, donde asistía este miércoles a la constitución del Parlamento de Navarra, Inés Arrimadas acusaba a Valls de haber lanzado un "feroz" ataque a su partido y le advertía que Ciudadanos no recibe "lecciones de constitucionalismo de nadie, porque nosotros nos hemos partido la cara en Cataluña, hemos sufrido amenazas de muerte".
La portavoz nacional de Ciudadanos aseguraba que seguirán siendo la voz de los catalanes constitucionalistas que "saben que tener a Colau en el Ayuntamiento de Barcelona es tan mala idea como tener a Ernest Maragall".