Hace trece años, por razones biológicas obvias, aunque acogiéndose a la licencia de la hipérbole, Albert Rivera era conocido internamente como "el niño" en el entonces incipiente Ciudadanos, que nació primero como asociación y se constituyó en partido en 2006, poco antes de irrumpir contra todo pronóstico con tres escaños en el Parlamento de Cataluña.
Aquel joven abogado que trabajaba en La Caixa y tenía 26 años fue creciendo, como todos los niños, personal y políticamente, y en ese proceso, como siempre ocurre también, la relación con sus padres políticos, el grupo de quince intelectuales que firmaron en 2005 el manifiesto fundacional denunciando un déficit de representatividad, el de los catalanes no nacionalistas, fue cambiando.
Pronto voló con alas propias, singularmente cuando en su primera intervención como parlamentario, durante la investidura de José Montilla, y tal y como relatan Iñaki Ellakuría y José María Albert de Paco en el libro Alternativa Naranja, rechazó toda ayuda de los fundadores para elaborar su discurso. Este jueves, y en medio de la fiebre de pactos en que vive España tras las citas electorales de abril y mayo, uno de los más importantes padres de la criatura, el constitucionalista Francesc de Carreras, que en su día llegó a ser profesor de doctorado de Rivera, recordaba en términos elogiosos ese primer discurso parlamentario del presidente de Ciudadanos.
Lo hacía en un artículo publicado en la edición catalana de El País –que este viernes traducen al español en su edición de nacional–, donde pocas flores más se llevaba Rivera de uno de sus mentores. De Carreras, que en todo momento recuerda y alaba la "madurez" de aquel "niño", le pide ahora que no se comporte como un "adolescente caprichoso" y facilite la investidura de Pedro Sánchez, algo que puede hacer con una simple abstención, para dar "estabilidad" a España e impedir que el Gobierno esté en manos de los grupos independentistas. El artículo veía la luz el mismo día en que el PSOE se reunía en el Congreso con los grupos separatistas, dentro de la ronda de contactos para la investidura.
Nunca antes De Carreras se había manifestado en esos términos. Los mismos que este jueves empleaba en Twitter alguien que no es fundador de Ciudadanos, pero sí estuvo entre quienes arroparon hace un lustro su salto a la política nacional, el ex presidente de la CNMV Manuel Conthe, quien no dudaba en calificar de "payasos" a los actuales dirigentes naranjas tras la oferta con la que se descolgaban para que el Ayuntamiento de Madrid sea compartido durante los próximos cuatro años entre el popular José Luis Martínez Almeida y la naranja Begoña Villacís. Conthe elogiaba en el mismo tuit al concejal barcelonés Manuel Valls, cada vez más distanciado del partido que le respaldó en su fallida aventura para conquistar la alcaldía de Barcelona.
Una tarde barcelonesa con Arcadi, Valls...
Todo ello se produce una semana después de que varios de los fundadores, incluido el único que sigue activo en la formación, como miembro de la Ejecutiva Nacional, el exportavoz en el parlamento de Baleares Xavier Pericay, participasen en un acto en Barcelona de homenaje a la también fundadora Teresa Giménez Barbat, quien luego terminaría como eurodiputada de UPyD.
Allí, el que junto a De Carreras fuese el más activo e importante de los fundadores, el periodista Arcadi Espada, calificó de "casi indigna" la manera en que el partido "impidió" que Barbat siguiese en el Parlamento Europeo, como ha podido hacer la también eurodiputada de UPyD Maite Pagazaurtundúa, que concurrió a las europeas como número dos, en calidad de independiente.
Le secundó en las críticas el eurodiputado y miembro de la Ejecutiva Nacional, Javier Nart, quien dijo sentirse dolorido y avergonzado y aseguró haber hecho "lo que pudo" para que Barbat estuviera en las listas. Nart afirmó que se estaban perdiendo "los referentes" y manifestó su "gigantesco respeto" por el grupo de fundadores, en el que también figuró destacadamente el dramaturgo Albert Boadella. Todo ello en una velada a la que asistió Manuel Valls y el presidente del grupo de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa.
Fuentes de la dirección de Ciudadanos aseguran que Nart no formuló ninguna protesta en los órganos internos y relatan que a Barbat se le ofreció el puesto número 12 de la lista, que la eurodiputada magenta, según estas fuentes, habría considerado "ofensivo".
Lo cierto es que Rivera siempre ha elogiado y recordado a los fundadores en sus discursos, sobre todo en Cataluña, e incluso ha rehuido polémicas con alguno de ellos en el pasado. A efectos prácticos la incidencia de los De Carreras, Espada y compañía es prácticamente nula, en una base dirigente criada en el liderazgo riverista, como sin ir más lejos la actual portavoz parlamentaria, Inés Arrimadas. Otra cuestión es su influencia en la opinión pública, sobre todo si la oposición de Rivera a facilitar la investidura de Sánchez se convierte, en el corto plazo, en un problema para la gobernabilidad de España, presa todavía del recuerdo del histórico bloqueo vivido hace tres años.