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Junqueras al tribunal del 1-O: "Lo mejor sería volver a la buena política, el diálogo, la negociación y el acuerdo"

El juicio por el golpe del 1-O en el Tribunal Supremo finaliza este miércoles después de 4 meses y 52 sesiones.

El exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras | EFE

El exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras, en su turno de última palabra ante el tribunal del 1-O ha asegurado que "lo mejor sería volver a la buena política, el diálogo, la negociación y el acuerdo".

Junqueras durante 4 minutos se ha descrito como un "padre de familia y profesor con convicciones republicanas y cristianas". "Votar o defender la república no puede constituir delito. Cualquier político comete errores, pero he negado esa política mala que va en contra el diálogo. Lo mejor sería devolver la cuestión a la buena política, el diálogo, la negociación y el acuerdo. Promover la democracia, la convivencia y el bien común", concluía.

El exconsejero de Exteriores, Raül Romeva, muy enfadado afirmaba que "las acusaciones han buscado escarmentar, castigar una ideología. Un sesgo que pretende una realidad que nunca ha existido. Las acusaciones han querido crear una imagen mental de nosotros de odio contra España o contra lo español. Es falaz y además irresponsable".

"El odio sólo engendra más odio", añadía el exconsejero de Exteriores. "Reitero una vez más, aquello que mueve a miles de personas es nada más y nada menos que la frustración, la incomprensión, la indignación. Hay una firme defensa sin ambages de los derechos fundamentales. Insto a todos los demócratas a conseguir un mundo donde no haya juicios y presos políticos. Hicimos un referéndum y no es delito. El derecho de autodeterminación se debe hacer sin violencia".

"No es la fuerza y la represión lo que va a hacer que la gente cambie de idea. En este banquillo están sentadas más de 2 millones de personas, que esperan esta decisión y que esperan sea valiente. Seguiremos con la mano tendida, incluso ante aquellos que nos insultan. Seguiremos mirando a los ojos de nuestros hijos con dignidad. Nos encontramos ante una oportunidad que ante el bien de todos, deberíamos convertir en una respuesta para seguir avanzando", concluía Romeva.

El exconsejero de Interior, Joaquim Forn, afirmaba que está en política desde los 16 años por compromiso ético para mejorar la sociedad y el país en el que vive. "Este compromiso se basa en valores democráticos y de respeto a la persona como eje de su actuación. Niego que mi actuación como miembro del Gobierno tuviera como objetivo proclamar la independencia usando la violencia".

"Si hoy estamos aquí es por un fracaso de la política y como castigo al desafío político que supuso la celebración del referéndum del 1-O" afirmaba un Forn que señalaba que "los gobernantes tienen el deber de preguntarse cuál es el motivo de tal movilización, los gobernantes responsables no deberían judicializar un conflicto político".

El exconsejero de Presidencia, Jordi Turull, afirmaba: "Soy independentista, no lo voy a esconder, lo soy y lo seré. No hay un camino para el diálogo; el diálogo debe ser el camino. Más comprometido que nunca con Cataluña, con los ciudadanos de Cataluña". Un Turull que se emocionaba al recordar a su familia. "El 1 de octubre fue una jornada de afirmación, en favor de, no en contra de. No había masas, ni turbas, solo había ciudadanos ejerciendo de ciudadanos; así fue en el 98% de los centros de votación", señalaba Turull.

Por su parte, el exconsejero de Territorio, Josep Rull, más sonriente señalaba: "Me piden 16 años por haber firmado una hoja de ruta; haberme reunido en diversas ocasiones para preparar el proceso de independencia de Cataluña, sin que se haya entrado en los detalles; avalar la decisión de mi equipo de no autorizar el atraque de un barco en Palamós y por una entrevista absolutamente manipulada por parte de la Fiscalía, algo impropio de una Fiscalía en un Estado de derecho solvente y homologable". "Con mi encarcelamiento, han hecho que no pueda ver crecer a mis dos hijos. Pero sea cual sea el sentido de la sentencia, no van a impedir que les pueda dejar algo extraordinariamente valioso: la dignidad de haber defendido unas ideas legítimas y nobles", concluía.

El expresidente de la ANC, Jordi Sánchez, aseguraba sentirse "víctima de una injusticia, de un dolor que ha causado el Estado. He estado 604 días encerrado en una prisión. La prisión causa dolor. A la persona que la sufre, pero sobre todo a tus familiares".

La expresidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, señalaba que "está siendo juzgada por su trayectoria política". "No existe ningún acto, ningún tuit, ningún whatsapp que justifique que yo esté separada del resto de la Mesa del Parlamento. Estoy siendo juzgada como presidenta del Parlamento. Pero todas las tramitaciones que hice fueron conjuntamente con los miembros de la Mesa", destacaba.

La exconsejera de Trabajo, Dolors Bassa, aseguraba: "Niego los hechos, soy inocente, y lo digo voz alta y clara, ninguna de las pruebas presentadas que hagan referencia a una actividad delictiva mía han sido comprobadas. Siempre creí que era un conflicto político transitorio y nuestra manera de avanzar era conseguir negociar. Muy lejos de lo que nos han acusado de poner en jaque el orden constitucional".

Visto para sentencia

El juicio por el golpe del 1-O finaliza este miércoles cuando justo se cumplen cuatro meses desde su inicio. El presidente del tribunal, Manuel Marchena, declarará visto para sentencia después de los últimos informes de conclusiones de las defensas realizados y del turno de última palabra que se concede a los acusados.

En total, se han celebrado 52 sesiones y han declarado ante el tribunal cerca de 450 testigos. En principio, los 7 magistrados que componen el tribunal tienen previsto que la sentencia vea la luz a finales de octubre. Una sentencia que se espera "muy fundamentada" para evitar cualquier reclamación de los golpistas ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo TEDH.

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