Incertidumbre hasta el final en el primer acuerdo del centroderecha en Madrid

Este martes quedará constituida la Asamblea de Madrid, una de las cámaras autonómicas en las que los ciudadanos decidieron el pasado 26-M en las urnas que hubiera una clara mayoría de centroderecha sin que ninguna otra suma, ni la de la izquierda ni la del PSOE con Ciudadanos, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, sea suficiente para gobernar.

Sin embargo, el primer envite para que PP, el partido naranja y Vox se pongan de acuerdo, como ya ocurrió a principios de año en Andalucía, queda lejos de resolverse a última hora de este lunes, a menos de veinticuatro horas de que se produzca la votación para elegir la Mesa de la cámara y la presidencia de la misma, a la que Ciudadanos presentará al actual vicepresidente, el diputado Juan Trinidad.

El domingo por la noche todo parecía acercarse, cuando el líder de Ciudadanos en Madrid, Ignacio Aguado, rompía con las directrices de su propio partido para mantener un encuentro secreto, en un hotel de la capital de España, con su homóloga de Vox, Rocío Monasterio. Un hecho que provocó la ira del concejal de Barcelona Manuel Valls, y la respuesta no menos enérgica del diputado naranja Marcos de Quinto, uno de los fichajes estrella de Albert Rivera.

Pero veinticuatro horas después era la propia formación naranja, y al más alto nivel, la que rebajaba las expectativas. Primero su secretario general, José Manuel Villegas, quien en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité Permanente de la Ejecutiva, negaba que el encuentro entre Aguado y Monasterio, del que decía estar informado previamente, tuviese que ver con la negociación de la Mesa de la Asamblea.

A última hora, en una entrevista en En Casa de Herrero, de esRadio, el secretario de Acción Institucional y miembro del Comité de Pactos de Ciudadanos, José María Espejo, una persona de la máxima confianza de Rivera, iba más lejos al decir que fue, la del domingo, una reunión de mera "cortesía" y que se produjo a título "personal". Espejo, de hecho, se remitía al modelo andaluz, para pedir a Vox que apoyase a cambio de nada a Trinidad, ante el riesgo, decía, de que el control de la Asamblea de Vallecas caiga en manos de la izquierda.

Fuentes de los tres partidos coincidían en que la cosa iba "lenta" y preguntadas por la foto fija del momento, aseguraban que no había aún acuerdo alguno.

Ayuso, al teléfono

Durante toda la tarde de este lunes, la candidata popular a presidir la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, permanecía al teléfono. "Ha conversado tanto con los representantes de Vox como los de Ciudadanos para tratar de llegar a un acuerdo", pero todo parece indicar que, salvo sorpresa, no será ya hasta este martes cuando haya "fumata blanca" en la Asamblea de Madrid, explican fuentes populares.

"Isabel (Díaz Ayuso) está haciendo todo lo posible liderando las conversaciones y tratando de intermediar" entre los de Santiago Abascal y Ciudadanos, explican desde el PP en la Comunidad de Madrid, donde también han estado en contacto en las últimas horas con el equipo negociador de Génova, encabezado por Teodoro García Egea.

"Creemos que imperará el sentido común y habrá acuerdo", añaden desde el Partido Popular madrileño donde aseguran también que "ahora ya no está en nuestras manos".

Vox: "Se ha perdido mucho tiempo"

Desde Vox valoran la reunión entre Aguado y Monasterio como una primera toma de contacto que debió haberse producido hace ya días. "Se ha perdido mucho tiempo", aseguraba el portavoz del partido en el Congreso y también del comité negociador, Iván Espinosa de los Monteros, en rueda de prensa.

"Tomarse un café no es negociar", aseguran fuentes de Vox que descartan haber alcanzado ningún tipo de acuerdo sobre la presidencia de la Asamblea, la investidura o el Gobierno con Ciudadanos.

Desde la formación creen difícil llegar a cualquier tipo de acuerdo en las horas previas a la constitución de la Mesa de la Asamblea que tendrá lugar a mediodía aunque siguen tendiendo la mano a Cs hasta el último momento para intentar desencallar la situación y evitar que la presidencia acabe en manos del PSOE. La única posibilidad sería una reunión a tres a primera hora de la mañana, si así lo solicita el partido de Rivera, aunque admiten que el margen para negociar es muy pequeño y derivan la responsabilidad hacia el partido naranja.