El pasado lunes, 3 de junio, Ignacio Aguado votó a favor, en la Ejecutiva Nacional ampliada de Ciudadanos, la que integra a los principales dirigentes territoriales, de una resolución que designaba al PP como socio preferente para los acuerdos de Gobierno y que negaba la posibilidad de negociar con Vox. Únicamente, tal y como explicó en la rueda de prensa posterior el número dos naranja, José Manuel Villegas, podría haber encuentros con los de Santiago Abascal para, una vez sellado un pacto con el PP, darles cuenta de él, obviamente en los lugares que, como la Comunidad de Madrid, el respaldo de Vox es imprescindible para construir mayorías de centroderecha.
Este domingo, apenas cuarenta y ocho horas después del primer encuentro entre PP y Ciudadanos para negociar un nuevo Gobierno madrileño, y antes de que el martes se constituya la Asamblea de Vallecas, Aguado se reunía en secreto con su homóloga en Vox, Rocío Monasterio. La misma dirigente atacada la pasada semana en las redes sociales por varios dirigentes de Ciudadanos, entre ellos el ex portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta, por sus opiniones sobre la homosexualidad, dando a entender que era lo que justificaba el veto a la formación derechista.
El encuentro entre Aguado y Monasterio, según fuentes del partido naranja, servía para que ambos se conocieran y pudiesen hablar "dentro de un clima de cordialidad". Según trasladan fuentes de Vox, el encuentro no era par abordar la configuración del Gobierno en la comunidad de Madrid ni para hablar de la investidura. Lo cierto es que el apoyo de Vox no sólo es imprescindible para que haya un Gobierno de centroderecha en Madrid, sino también para que Ciudadanos pueda, como pretende, hacerse con la presidencia de la Asamblea este martes, un puesto que reclaman después de que en 2015 lograran la vicepresidencia, que ostentó el diputado naranja Juan Trinidad.
Precisamente este domingo, en declaraciones a los medios antes de participar en Madrid en la sexta carrera contra la violencia de género, en la que participaba también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Aguado volvía a poner la lucha contra la "violencia machista" como una de las "líneas rojas" para pactar con Ciudadanos, lo que incluiría la implementación de todas las medidas acordadas en el Pacto de Estado sacado adelante la pasada legislatura en el Congreso. Una exigencia que recoge el decálogo para negociar con otros partidos aprobado por unanimidad en la citada reunión de la Ejecutiva Nacional de Ciudadanos.