Pasadas las 21:30 en una comparecencia improvisada y que habían negado apenas una hora antes en Moncloa, el presidente del Gobierno en funciones aparecía en la sala de prensa del Gobierno sonriente y confirmando lo ya sabido: "He trasladado al Rey mi voluntad de aceptar el mandato que me ofrece de ser candidato a la investidura" tras la victoria en las elecciones generales del 28-A que "se vio refrendado en las elecciones del 26-M".
Un encargo que dijo asumir con honor porque "es un honor poder liderar España, y porque tengo un enorme sentimiento de gratitud al pueblo español y una gran responsabilidad". Pero también mandó un aviso a navegantes, concreta y veladamente a Podemos: "Los ciudadanos españoles fueron claros con su voto: quieren que gobierne el Partido Socialista. O hay otra alternativa posible. O gobierna el PSOE, o gobierna el PSOE. No hay alternativa". Un aviso sobre el que fue más claro al ser preguntado expresamente por la amenaza de Pablo Iglesias de o gobierno de coalición, o nada.
Órdago o farol al que Sánchez quiso restar importancia y ser comprensivo: "Yo entiendo todas las peticiones de los distintos grupos parlamentarios. Entiendo que todos fijen posición. Unos diciendo que no, otros que quieren entrar en el gobierno... Yo entiendo todos los planteamientos, todos".
Pero con dos líneas rojas: iniciar contactos antes de fijar posición y asumir que "no hay alternativa al PSOE" y esto requiere un ejercicio de "responsabilidad de todos". Ronda de contactos que comenzará la semana que viene con las "tres grandes fuerzas parlamentarias": PP, Ciudadanos y Podemos. "Tenemos que encontrar ese punto de equilibrio para echar a andar la legislatura", dijo el candidato.
Dijo que su intención es gobernar "cuanto antes" pese a que los planes del Gobierno no ubican la investidura hasta principios/mediados del mes de julio y que lo hará desde los valores progresistas pero "hablando con todas las fuerzas dentro de la Constitución" e intentando lograr "grandes consensos, dialogando con todos".
Esquiva la "vía navarra"
Y, después de esa primera ronda, será el turno de UPN y "el resto" de formaciones políticas "en otro formato". "Será el momento de saber lo que opina el señor Esparza", ha dicho Sánchez sobre el presidente de UPN y su posible abstención en el Congreso permitiendo en segunda vuelta la luz verde de la investidura.
No quiso entrar en un posible intercambio de abstenciones que permitiera que gobernara la coalición Navarra Suma en la comunidad foral, pero sí dejó claro que "el PSN y el PSOE tenemos la misma posición: con Bildu no se acuerda nada". E insistió nuevamente: "No vamos a pactar con Bildu". Una forma de marcar el camino a la líder del PSN, María Chivite, y su ronda de negociación para aspirar a la presidencia de Navarra con la abstención de Bildu.