La Audiencia de Madrid ha acordado que la instrucción del supuesto suicidio asistido de María José Carrasco, enferma terminal que se quitó la vida con la ayuda de su marido, la continúe el Juzgado de Violencia sobre la Mujer que lo investiga, dado que aún faltan pruebas para concluir que no sea un caso de violencia de género.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la sala entiende que "en esta fase procesal no se dan las circunstancias para determinar fehacientemente si se trata de un acto de violencia contra una mujer en el ámbito de la pareja, como determina la Ley integral de Violencia sobre la Mujer".
En la resolución, la Sala considera que "no concurre en este concreto instante del proceso, de forma notoria», la causa de exclusión que mantiene la magistrada del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer n.º 5. Y lo hace «sin hacer valoraciones impropias a este momento procesal y en recta aplicación del artículo 87.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial".
Los jueces han transmitido en su escrito que en el procedimiento aún faltan elementos probatorios pendientes de practicar que no permiten afirmar en esta concreta fase procesal que deba excluirse la competencia del juzgado de Violencia Sobre la Mujer.
Los hechos de las actuaciones son calificados como un posible delito de cooperación al suicidio de una persona que sufre enfermedad o padecimientos incurables y difíciles de curar del artículo 143.4 del Código Penal, al resultar "indiciariamente" que Ángel Hernández Pardo suministró a su esposa "una sustancia que le causó la muerte".