No es dato menor que algunos de los principales estrategas de Pedro Sánchez sean de origen navarro. La Comunidad Foral ha estado en el punto de mira de los socialistas desde antes de las elecciones del 26-M. De hecho, era uno de los tres territorios que aspiraban a sumar a su poder territorial, según los cálculos del equipo de campaña de Ferraz, 70, junto con Canarias y Madrid.
El escenario ha cambiado y lo que antes del 26-M parecía fácil ha empezado a esfumarse de las aspiraciones territoriales socialistas. El PSN, que partía con una mejora electoral considerable, segunda fuerza y cuatro diputados más, se ha visto obligado a ceder el bastón de mando a cambio de un bien mayor: la investidura de Pedro Sánchez. En ello se han quedado las maniobras de la líder socialista navarra, María Chivite, que algunos enmarcan en el teatrillo y el paripé de los apriorismos de la negociación.
De hecho, algunas fuentes socialistas consultadas por Libertad Digital aseguran que "detrás de Chivite siempre ha estado Ferraz" en una estrategia orquestada para situar a Navarra como moneda de cambio. Quienes recuerdan bien la ruptura del hermanamiento de PP y UPN en 2008 tras un pacto presupuestario alcanzado entre el PSOE de Zapatero y el UPN de Miguel Sanz a cambio de la gobenabilidad de Navarra, explican ahora que la supuesta iniciativa de Chivite para lograr la presidencia foral con la abstención de Bildu no ha sido más que una "estrategia de escenificar el blanqueamiento de Pedro Sánchez y su distanciamiento de los radicales".
"Está pactado: habrá gobierno de Navarra Suma con la abstención del PSN y, a cambio, otra abstención: la de los dos diputados de UPN en el Congreso a la investidura de Pedro Sánchez", adelantan estas fuentes. Teatrillo en público e intercambio de cromos en privado que explica por qué la dirección de Ferraz ha optado por la compresión en vez de la desautorización con la líder del PSOE navarro, supuestamente entregada al afán de obtener la abstención de Bildu. Excesivamente comprensivo, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, intentaba este martes restarle culpa: "No hay ningún problema de desafío. Lo que está intentando (Chivite) en todo caso es cumplir con las expectativas electorales que se han generado".
Comprensión que radica en su pasado conjunto en Ferraz 70. Chivite es hoy una de las más fieles sanchistas a nivel territorial, pero lo fue en tiempos pretéritos en que los apoyos de federaciones socialistas eran menores y mucho más complicados. En los momentos críticos más convulsos, Chivite apoyó a Sánchez tras ser derrocado por el Comité Federal y en sus segundas primarias. Por eso, "jamás se atrevería a desafiar a Pedro", según explican estas fuentes a LD que la ubican como una colaboradora necesaria.
No hay temor al PNV
La líder navarra forma parte de la operación para abrirle la puerta a UPN a cambio de la gobernabilidad nacional y sin coste para el PNV en contra de lo dicho por sus dirigentes. En la dirección socialista restan importancia a las amenazas públicas porque "Navarra no está en su pack de negociación" pero, sobre todo, el PNV necesita del PSE para gobernar en ayuntamientos, diputaciones forales y en el propio gobierno vasco.
Salta por los aires el pacto con CC
Un escenario de cambio de cromos que ha pretendido hacerse también en Canarias pero que este fin de semana "ha saltado por los aires": el PSOE canario inicia este miércoles conversaciones con PP y Ciudadanos para desalojar a CC de cabildos insulares, ayuntamientos y gobierno autonómico. Los estrategas socialistas han abandonado la interlocución con Coalición Canaria porque ya no es necesaria para la investidura de Pedro Sánchez y porque "hay muchísimo poder territorial en juego". Paradójicamente Canarias sería la única de las tres comunidades a las que aspiraba el PSOE que podría acabar en su poder.
Este miércoles a las 12:30 se reúne la Mesa del Congreso que fijará la nueva mayoría absoluta en 174 diputados, por la suspensión de los presos golpistas. Con este nuevo umbral para la mayoría, la suma para la investidura de Pedro Sánchez daría sin problemas en segunda vuelta: PSOE, Podemos, PNV, Compromís, Partido Regionalista Cántabro y abstención de los dos diputados de UPN.