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Sesión continua en el Supremo: los vídeos del 20-S y el 1-O se vuelven en contra de los golpistas

La selección de imágenes de las acusaciones desmonta el relato de la violencia policial; el juicio seguirá con el montaje de las defensas.

La selección de imágenes de las acusaciones desmonta el relato de la violencia policial; el juicio seguirá con el montaje de las defensas.
El tribunal del 1-O | EFE

El momento tan esperado por las defensas de los golpistas catalanes ha llegado. La sala visiona los vídeos del golpe de Estado de otoño de 2017. Retrato de la gente de paz. Golpe de Estado de manual. Los cívicos y pacíficos manifestantes que desafían a los policías y guardias civiles, los niños que quieren votar, las abuelas que vociferan por la república, los mossos que se encaran a las "fuerzas de ocupación", los bomberos que resisten y empujan. La Fiscalía no se distingue precisamente por la pulcritud. Hay un cierto orden cronológico en la selección de imágenes y poco más. Algunos vídeos vienen datados y de otros, los fiscales son incapaces de determinar en qué lugar fueron grabados. Algunos están repetidos y otros son novedad. Esos proceden de los archivos policiales y se obtuvieron con cámara subjetiva, las "go pro" que llevan adosadas algunos agentes. La intervención policial fue impecable, de una exquisitez y pulcritud asombrosas. Los policías y guardias actuaron con una profesionalidad absoluta, con una contención máxima. Nunca una instrucción judicial fue mejor cumplida ni con mayor proporcionalidad en el uso de la fuerza.

Fue la del 1-O una misión de riesgo. En los primeros días de septiembre de 2017 el separatismo comenzaba a mostrar su cara más agresiva y violenta. Los altercados y disturbios comenzaron con los primeros registros policiales. Grupos de civiles se oponían a las diligencias judiciales, insultaban y se encaraban con los agentes, les empujaban mientras gritaban sus consignas, aquello de la gente de paz, que las calles serán siempre suyas y la "in-inde-independencia". Más "asesinos" e "hijos de puta" entre otros insultos.

El asedio a la consejería de Economía tampoco fue una fiesta. Los Mossos tuvieron que emplearse a fondo para despejar la zona. El personal estaba convencido de que Cataluña se iba a convertir en una república independiente. Era lo que le decían los líderes separatistas subidos en los "patrol" de la Guardia Civil. Qué juerga. Una fiestaza. La gente se hacía fotos con el fondo de los vehículos machacados. Y botaban sobre el techo. "Español el que no bote", coreaban. Los todoterreno parecían una plataforma de discoteca.

El golpe continúa

"Desde este altar majestuoso" principió su discurso de fin de fiesta (primera parte) Jordi Cuixart frente a la consejería de Economía. "Autoestima infinita reviviendo imágenes del 1-O" han tuiteado en su cuenta mientras se asistía en el Supremo al pase de los vídeos del 1-O, del alzamiento tumultuario a la rebelión violenta. El mensaje sigue. "Muchos vídeos de la fiscalía podrían ser los de la defensa: democracia y resistencia ciudadana no violenta ante las porras. Nos dimos cuenta del poder que tenemos y nunca renunciaremos a ejercerlo. Autodeterminación".

El golpe continúa. Los procesados ya no se arrepienten. Son diputados. También hay un senador y un concejal. Sólo Cuixart, Dolors Bassa y Carme Forcadell eludieron presentarse a las elecciones y carecen del blindaje y prerrogativas de los cargos electos en prisión provisional.

Sigue el pase de vídeos. San Esteban de Sasroviras, 1 de octubre de 2017. Resistencia no violenta en forma de patada en la cabeza a un guardia civil. El pacífico separatista fue detenido días después. La detención fue un hecho aislado, no así la agresividad y acometividad de los manifestantes durante aquel otoño en Cataluña.

Sin llamamientos a la calma

Nunca hubo un llamamiento a la calma. La tensión iba en aumento, pero ningún dirigente separatista echó el freno. Durante aquellos meses de septiembre, octubre y noviembre no hubo muertos en Cataluña de milagro. Nada que ver con las actuaciones policiales. La tensión, los empujones de los propios manifestantes, alguien con el corazón delicado, un piquete de los Comités de Defensa del Referéndum, luego República (CDR) y un conductor enfurecido... La turba confundió a un "mosso" de paisano con un posible guardia civil el 20 de septiembre en la consejería de Economía. Le tiraron golpes, escupitajos, latas de cerveza y botellas de agua. En la revuelta en Francia de los chalecos amarillos ha habido más de cinco muertos. Atropellados, contusionados, infartados.

Buscando el muerto

Los dirigentes separatistas eran conscientes del peligro. El principal argumento de la defensa de los Mossos es que sus mandos avisaron a los políticos del alto riesgo. Pero les dio igual. Siguieron adelante. En aquel estado de inflamación entre sus bases, de control mediático absoluto, jaleaban la insurrección, animaban a "persistir". Tenían a su gente frente a las casas cuartel de la Guardia Civil y controlaban a sus 17.000 "mossos", empeñados en no cumplir las órdenes judiciales con patéticas excusas, con su jefe máximo en plan "vedette" ofuscado porque le habían colocado a un coronel de la Guardia Civil como coordinador del operativo antigolpe.

Material complementario

El pase de la Fiscalía concluye a media tarde. Turno para la abogacía del Estado, cuyo material audiovisual añade matices indispensables al visionado anterior. Discursos políticos de la fugada Marta Rovira, del preso Jordi Turull, de Sànchez y Cuixart, de Carme Forcadell. Parece que haya una cierta coordinación entre las acusaciones. Los nuevos vídeos se remiten a las "confiscaciones" de urnas de los "Mossos" entre aplausos, felicitaciones y gritos de "esta es nuestra policía".

La radio del conde de Godó

Destaca sobremanera un corte de una emisión de la radio del conde de Godó, editor de La Vanguardia. Una de las letradas de Jordi Cuixart, Marina Roig, pide que se escuche el audio entero porque tiene interés en que quede claro que su patrocinado ha dicho dos veces la palabra "pacífica". El audio expresa a las claras el ambiente insurreccional. La estrella de la emisora de La Vanguardia pide detalles sobre la convocatoria para "defender" las instituciones catalanas del 20-S, requiere más información sobre el lugar al que deben acudir los "demócratas". Jordi Basté, el conductor del matinal con más audiencia en Cataluña, "confirma" indignado que la Policía Nacional ha irrumpido en la sede de la CUP (falso) y que el Estado ha intervenido las cuentas de la Generalidad (verdadero). En estado de suma excitación, el periodista Basté (exnarrador de partidos del Barça convertido en referente político informativo en Cataluña) pide a Cuixart que informe sobre las convocatorias de su organización, que concrete horas y lugares, la radio como "servicio público". Hay que frenar los registros, mostrar la máxima movilización, etcétera, etcétera. Los medios reproducían fielmente las consignas golpistas y un registro judicial era un "golpe del Estado a la democracia".

"Walking dead" separatista

Los acusados se mueven incómodos, cambian de postura. Están cansados. La "autoestima infinita" les deja secos, agarrotados. El pase recuerda la escena de "La naranja mecánica" en la que Alex es sometido al visionado non stop de escenas de ultraviolencia. Los vídeos de fiscalía y abogacía del Estado retumban en la sala. "No tenemos miedo", "somos gente de paz", "Walking dead reload". Es rebelión, pero no sólo y algo más.

La policía pegó porrazos, cierto. Y avisó, parlamentó, exploró todas las vías de diálogo. Sale hasta un guardia civil de paisano que asegura comprender la "problemática" de los concentrados. Guardias y policías suplicando a la gente que deje paso, profesionales del orden que negocian en vano con Jordi Pesarrodona, el concejal de ERC en San Juan de Torruella que dice que es payaso, y con agentes de los "Mossos" que están de paso.

El papel de los "Mossos"

La diferencia estriba en que mientras la Policía Nacional y la Guardia Civil cumplieron las instrucciones judiciales al pie de la letra, los "Mossos" hicieron de su capa un sayo. Hubo agentes autonómicos que se opusieron y otros que se limitaron a constatar que ellos sólo eran dos números sin protecciones antidisturbios y que se echaban a un lado. El plan y las instrucciones de sus mandos los inutilizaron por completo para frenar el referéndum. Lo "único" que podían hacer era avisar a los concentrados de que llegaban las fuerzas del orden e interponerse en su camino.

Falta una patada al aire

Concluye la sesión a las siete y media de la tarde. Aún faltan unos pocos vídeos de la abogacía del Estado que no se han podido reproducir por problemas técnicos. Serán los primeros de la sesión de este miércoles y darán paso al montaje de las defensas, los vídeos de la supuesta violencia policial durante el 1-O. Se ha visto casi todo lo que es de relieve. Falta la patada al aire de un policía nacional en un centro de votación en Barcelona, el de Marta Dedos Rotos, la falsa lesionada y abusada, icono internacional de las "fake news", una recia militante de ERC, gran protagonista de la jornada y a la que las defensas renunciaron a llamar a testificar. Una lástima. Ella es un símbolo separatista. El mismo 21-D, cuando las elecciones autonómicas del 155, ofició de interventora de ERC y se paseó por varios colegios de Barcelona en loor de multitud.

Porrazos "compilation"

Los vídeos de la defensa son un "compilation" de porrazos cuyo efecto será muy relativo tras la recopilación de Fiscalía y abogacía del Estado. Se prevén escenas duras, acordes en el peor de los casos a la naturaleza del delito por la parte baja. Este martes se ha podido ver como el herido más grave del 1-O, Roger Español, que perdió un ojo por un pelotazo de goma, lanzaba de una patada una valla contra la espalda de un policía nacional en la retirada de los agentes en el instituto Pau Claris de Barcelona. También se verá el infarto de un jubilado en un colegio de Lérida. Mientras un policía de paisano y dos estudiantes de medicina intentan atenderle, la multitud se echa encima y una manifestante cae sobre el cuerpo del infartado.

Careo descartado

El juez Marchena ha descartado un careo entre el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos y el exjefe de los Mossos durante el 155 Ferran López, que testificó que en todo momento la policía autonómica intentó parar el referéndum ilegal. También ha rechazado todos los informes adjuntos de la Guardia Civil relativos a documentos como las agendas de un alto cargo de Junqueras y el documento "Enfocats", la hoja de ruta del golpe de Estado. Admite, eso sí, los documentos. También excluye todas las noticias periodísticas. El tribunal no necesita ayuda para la interpretación y valoración de los hechos.

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