Fue un visto y no visto. Después de ser el único líder que no dio la cara en la noche electoral, Pablo Iglesias compareció en rueda de prensa en la sede de Podemos para dar cuenta de sus malos resultados. La formación morada ha caído en picado perdiendo prácticamente todo el poco poder territorial que consiguieron en 2015 pero Iglesias ha considerado que 10 minutos de rueda de prensa y cinco preguntas son más que suficientes para explicar a la prensa su mal resultado.
Aduciendo que tenía una entrevista en televisión - en La Sexta, más concretamente - el líder de la formación morada ha despachado rápido a los periodistas. "Sin paños calientes, los resultados no han sido buenos", ha comenzado diciendo Iglesias para después añadir que aunque toca "hacer autocrítica" no se van a rendir y van a seguir intentando crear un "bloque progresista". Es decir, en Podemos no abandonan la idea de entrar en el gobierno de Pedro Sánchez a pesar de que sus resultados municipales y autonómicos les han dejado prácticamente sin bazas negociadoras.
"Seríamos muy torpes si la derecha y la extrema derecha se pone de acuerdo para gobernar y nosotros nos dedicáramos a ponernos palos en las ruedas", ha esgrimido como argumento de cara al Partido Socialista. El líder de la formación morada ha añadido que su partido no va a plantear "ningún veto" durante la negociación y que, a la hora de pedir, siempre tendrán en cuenta "la posición modesta que les corresponde".
Sin embargo, no se resistirá e intentará, por todos los medios, lograr ese ansiado gobierno de coalición. "Somos conscientes de que no vamos a poder pedir muchos elementos que nos gustaría llevar a cabo si tuviéramos otros resultados", ha dicho. Los morados saben "lo que pesan" y ahora su anhelo es en boca de Pablo Iglesias "estar en la proporción que nos corresponde". De esta manera esperan ser decisivos en Canarias, Baleares, Comunidad Valenciana y La Rioja.
Se resiste a irse
Iglesias ha rechazado además la idea de dimitir aunque sí ha señalado que su cargo "siempre estará a disposición de los inscritos" y ha anunciado que en los próximos días se convocará el Consejo Ciudadano de la formación para analizar los resultados con detenimiento. Sobre el hecho de ser anoche el único líder que no compareció, ha señalado que quería tratar los resultados con calma.
Unos resultados que han sido un jarro de agua fría en la Comunidad de Madrid donde su candidata, Isa Serra, se batía con Íñigo Errejón al que también ha pedido hacer "autocrítica". Iglesias ha recalcado mucho durante su comparecencia que es consciente de que "la división les ha hecho mucho daño" y que tan solo les ha restado. Ha añadido también que en el caso de la ciudad de Madrid "fueron tremendamente responsables" no presentándose y ha recalcado que ni sumando los resultados de Sánchez Mato, que no ha conseguido representación, habrían conseguido desbancar al bloque de la derecha.
Andalucía se rebela
En unas semanas, Podemos convocará al Consejo Ciudadano estatal, máximo órgano de dirección, para analizar con más detenimiento los resultados aunque en esa reunión volverá a tener en frente a la sección andaluza del partido. Con la holgada victoria en Cádiz de José María González, alias`Kichi´, se ven perfectamente reforzados en su posición que es completamente contraria a las aspiraciones de Iglesias.
En Podemos Andalucía nunca han querido que la formación entre en el gobierno de Pedro Sánchez y este lunes lo han dejado bien claro. "La realidad y los resultados dan la razón a nuestro planteamientos", ha señalado en rueda de prensa el secretario Político y de Comunicación de la formación en Andalucía, Pablo Pérez Ganfornina. A su juicio, lo que toca ahora es abrir un debate interno a nivel estatal para saber qué rumbo tomar a partir de de este momento.
Asimismo, se ha mostrado dispuesto a asumir desde Andalucía "la responsabilidad de empujar un renacer de esta fuerza política a nivel estatal". Cádiz, ha explicado, debe ser "un faro de esperanza desde el sur y el ejemplo a seguir" de ahora en adelante. Todo un aviso a navegantes: no dejarán que la marea de la debacle de Iglesias les arrastre.