Pésimos resultados para Podemos y las marcas vinculadas a la pareja de Galapagar, Pablo Iglesias e Irene Montero, que se desploman en toda España y en todas las elecciones (locales, autonómicas y europeas).
La noche es especialmente humillante en lo personal para Iglesias porque sus malos resultados contrastan con los obtenidos por otras formaciones de extrema izquierda lideradas por los principales enemigos de Iglesias. En la Comunidad de Madrid la candidatura de Más Madrid, liderada por Iñigo Errejón, triplica los votos de la de Iglesias, liderada por Isa Serra, que se quedó a unas décimas de no obtener representación.
El otro gran triunfador en el espacio de la extrema izquierda es el Kichi que logra un gran resultado en Cádiz y podrá gobernar cómodamente con mayoría absoluta. El Kichi y su pareja, Teresa Rodríguez, han sido los dirigentes más críticos con Iglesias y Montero, especialmente después de que se comprasen el chalé de lujo en Galapagar.
Adiós a su baza negociadora
Así las cosas, no han conseguido ninguno de sus objetivos convirtiéndose en una de las peores noches para Podemos. Tenían todas las esperanzas en ser clave en ciertos territorios para que el Partido Socialista se viera obligado a abrirles las puertas del gobierno de Pedro Sánchez, pero finalmente no ha sido así.
El primer varapalo de la noche fue el resultado de las elecciones europeas. De ser la sorpresa en 2014, cuando irrumpieron en el Parlamento Europeo con cinco eurodiputados sin que nadie se lo esperara, la formación morada ha sufrido un golpe importante. Su unión con Izquierda Unida tan solo les ha reportado seis europarlamentarios cuando por separado hace cinco años sumaban once.
Sin embargo, la candidata de Unidas Podemos, María Eugenia Rodríguez Palop, intentó salvar los muebles como pudo durante su comparecencia pasada la media noche. Según Rodríguez Palop, su formación ha resistido "bastante bien" y cree que no se puede comparar el resultado de 2014 con el de este domingo porque "son dos realidades completamente diferentes". Consideró además que les ha perjudicado el "efecto arrastre" del PSOE. "Han pasado muchas cosas en estos cinco años", sentenció.
Pesadilla autonómica y municipal
Pero la noche no fue mejor en el plano autonómico y municipal. Fue incluso peor. Han desaparecido en algunos territorios en los que hasta ahora eran clave como en Castilla La Mancha donde sostenían al gobierno del socialista Emiliano García Page con tres diputados y ahora no han conseguido ninguno. También se han volatilizado en la ciudad de Valencia. Allí, con sus tres concejales sostenían la alcaldía de Joan Ribó pero esta noche se han quedado sin representación.
Lo cierto es que prácticamente no han conseguido revalidar ninguna de las "alcaldías del cambio" que consiguieron en 2015. Es el caso de Zaragoza, que tras la ruptura de Podemos con Zaragoza en Común, han dejado la ciudad en manos del bloque de la derecha que suma más que el de la izquierda. Tampoco volverán a gobernar en La Coruña donde Xulio Ferreiro, uno de los llamados "alcaldes de las mareas", ha pasado de diez concejales en 2015 a tan solo 6 este domingo. Tampoco en Ferrol ni en Santiago de Compostela donde la caída también ha sido considerable.
Está por ver qué harán en Barcelona. Ada Colau ha empatado en concejales con Esquerra Republicana pero los independentistas tienen más porcentaje de voto que la actual alcaldesa por lo que entran ahora en juego los pactos y las reconciliaciones. Si Colau quiere volver a ser alcaldesa deberá reconciliarse con el candidato del PSC, Jaume Collboni, que ha doblado su resultado de 2015 pasando de cuatro concejales a ocho.
Así las cosas, Pablo Iglesias lo tendrá muy difícil ahora para negociar con Pedro Sánchez. Confiaban en lograr buenos resultados pero no ha sido así. Hay incluso quien empieza a cuestionar el liderazgo de Iglesias al frente de la formación morada a tenor de los resultados.