El presidente del tribunal del 1-O, Manuel Marchena, ha tenido que intervenir en las tres primeras declaraciones testificales de la jornada propuestas por la defensa del presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart. "Usted va a contestar en castellano. ¡Si no quiere, usted se levanta, asume las consecuencias legales y hemos terminado!", afirmaba el magistrado muy airado con la actitud de los tres primeros testigos.
La bronca de la mañana comenzaba con la declaración de Ramon Font, portavoz del sindicato USTEC, sindicato mayoritario en la enseñanza pública no universitaria en Cataluña. El testigo vaciló a la hora de contestar las preguntas de la Abogacía del Estado y Marchena le advirtió: "Esto tiene consecuencias legales si usted nos hace perder el tiempo".
El testigo continuó declarando sobre el asalto a la Consejería de Economía del 20-S: "Vi cómo Sànchez (Jordi Sánchez) y Cuixart (Jordi Cuixart) se subían a un coche y no me quedó ninguna duda de que estaban enviando a la gente a casa y colaborando con las autoridades". Font reconocía que vio esas imágenes en televisión y el magistrado le recordó que lo que viera por la televisión no tenía relevancia. Después, nueva advertencia al presidente del tribunal al abogado de Cuixart, Benet Salellas: "Redirija el interrogatorio para que no haya una invitación al tribunal para que consultemos un hashtag".
Posteriormente, llegaba el turno de la testigo Marina Garcés, filósofa y ensayista, que comenzaba su intervención señalando que tenía "un café pendiente" con Jordi Cuixart desde hace más de un año. Marchena la interrumpió y le recordó que sólo le había preguntado por la relación que tenía con los acusados, no por los "cafés pendientes".
Al ser preguntada por el 20-S, la testigo rememoró su estado de salud y Marchena cortó: "La fiebre no tiene ninguna trascendencia jurídica. No nos hable de su fiebre. Y no me replique". Después, Garcés se refirió al referéndum ilegal afirmando: "El 1 de octubre aluciné". Marchena interrumpía de nuevo el interrogatorio: "Usted no viene aquí para contar su grado de alucinación, su estado febril... Viene exclusivamente a explicar lo que pasó".
La polémica continuaba. "Usted no puede estar leyendo un guión", le dijo Marchena a la testigo que replicó: "Tengo unas notas...". "Para consultar un guión, tiene que pedir permiso al tribunal y no lo ha hecho. Deje el guión y responda a las preguntas", zanjó el presidente del tribunal.
El tercer testigo polémico de Cuixart era Lluís Matamala, que empezó pidiendo si podía plantear una cuestión: "Hablar y contestar en catalán". Marchena contestó con firmeza una vez más: "Me remito a sus conocimientos jurídicos y a todas las explicaciones que ha dado el tribunal. Usted va a contestar en castellano. Si no quiere, usted se levanta, asume las consecuencias legales y hemos terminado".
Matamala trató de replicar y el magistrado le advirtió de que podía ser expulsado de la Sala. Finalmente, Matamala accedió a responder a las preguntas de Marina Roig, también abogada de Jordi Cuixart.