A pesar de los tópicos recurrentes como los candidatos en idílicas escenas familiares durante la jornada de reflexión, monjas ejerciendo su derecho al voto durante la jornada electoral o la odiosa y manida expresión "fiesta de la democracia", lo cierto es que estas elecciones generales se desarrollan en circunstancias únicas nunca vistas hasta ahora en la historia de la democracia.
Más votantes
En esta ocasión hay 400.000 españoles más con derecho a voto con respecto a las pasadas elecciones. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado un censo de más de 36,8 millones, de los cuales más de dos millones residen en el extranjero. Otro dato que sin duda han tenido en cuenta los partidos políticos es que hay un millón más de mujeres que de hombres. Y con respecto a los nuevos votantes, más de un millón de jóvenes van a acudir a las urnas por primera vez.
Más indecisos
Según los últimos datos del CIS de marzo, un 41,6% reconoce que todavía no tiene decidido a quién votar. En las elecciones del 26-J el porcentaje de indecisos se situaba en el 32,4%. Por aquel entonces, un 10% de los indecisos dudaba si votar al partido de Mariano Rajoy o a Ciudadanos. Un 8,9% no sabía si elegir a Rivera o a Pedro Sánchez y un 7,5% se decantaba entre el PSOE y Podemos.
Cinco partidos
Sin contar a los partidos nacionalistas, estas son las primeras elecciones en las que se enfrentan cinco formaciones con claras opciones de obtener representación y grupo propio en el Congreso.
Desde el año 79 hasta el 89, cuatro partidos se repartieron los asientos el Congreso. A partir de las elecciones 1993, el número de opciones se redujo a tres: PP, PSOE e IU. Hubo que esperar hasta el año 2011 para que un cuarto partido se uniese a la fiesta, UPyD, que aquel año consiguió aumentar su representación de uno a cinco escaños y por lo tanto, obtuvo grupo propio en el Congreso. Pero en cualquier caso, el sistema era básicamente bipartidista.
En las generales de 2015, Ciudadanos y Podemos se presentaron por primera vez a las elecciones. El partido de Albert Rivera consiguió entrar con 40 diputados y la formación de Pablo Iglesias, en coalición con Izquierda Unida, y el amasijo de coaliciones autonómicas gallega, valenciana y catalana, obtuvo 69 diputados.
El esquema se repitió en 2016, y así llegamos a esta cita electoral en la que Vox ha cambiado por completo el tablero de juego e introduce por primera vez en la historia de la democracia a un quinto jugador, en este caso en el espectro ideológico de la derecha.
Más presupuesto
Las elecciones generales de este domingo costarán 138.961.516 euros según el presupuesto preparado por el Ministerio del Interior, lo que supone un incremento de 8,28 millones de euros respecto a los comicios de 2016, un 6,3% más, debido al incremento de algunas partidas y del IPC. Este año, al igual que entonces, el Gobierno ha tenido que disponer de partidas extraordinarias porque no estaba previsto el adelanto electoral.
Crecerá la dieta que reciben los miles de ciudadanos que tienen que encargarse de las mesas electorales, aunque no se ha precisado aún la cantidad. También ha aumentado el presupuesto de Correos, que este año asciende 56,5 millones de euros, el 40,66% del gasto total. El operador postal ha tenido que ampliar este año el horario de las oficinas y ha retrasado al máximo el plazo para poder votar a distancia, que concluyó de forma excepcional este viernes a las 14 horas.
También se incluye en este presupuesto el coste de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que trabajarán durante esa jornada para que todo transcurra con normalidad: 14 millones de euros, el 10,14% del total, algo por encima de los 13 millones de 2016.
Voto discapacitados psíquicos
Estas son las primeras elecciones en las que todas las personas con discapacidad intelectual podrán votar. Con la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral, 100.000 ciudadanos con discapacidad intelectual o enfermedad mental dejaron de estar incapacitados judicialmente para acudir a las urnas.
En esta cita electoral se da además la circunstancia de que por primera vez va a haber personas con discapacidad intelectual que van a formar parte de las mesas electorales como vocales. Para estos casos el acompañamiento y orientación es mayor porque esta tarea es más complicada que la de votar.