Los cazas del Ejército del Aire vuelven a los países bálticos por quinto año consecutivo. Cinco F-18 Hornet, pertenecientes al Ala 12, con sede en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), han partido en la mañana de este jueves hacia Siauliai, localidad situada en el noroeste de Lituania, donde estarán desplegados los próximos cuatro meses para proteger el espacio aéreo del Báltico en misión de la Alianza Atlántica.
El denominado Destacamento Vilkas, nombre que ha recibido este contingente desde 2015, estará compuesto por unos 140 militares españoles, de los que casi un centenar proceden del Ala 12. El resto es del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), la Unidad Médica Aérea de Apoyo al Despliegue (UMAAD), el Grupo Móvil de Control Aéreo (GRUMOCA), el Centro de Informática de Gestión (CIGES) y la Dirección de Asuntos Económicos (DAE).
El inicio de las operaciones será el 1 de mayo y concluirá el 31 de agosto. Los militares españoles estarán acompañados en la base lituana por la Fuerza Aérea de Hungría, encargada de liderar la misión, que para la misma ha desplegado cinco cazas JAS-39 Gripen. De forma paralela, la fuerza aérea británica va a desplegar cinco cazas Eurofighter Typhoon en la base aérea de Ámari, ubicada en el noroeste de Estonia.
El objetivo de esta misión es proteger el espacio aéreo de las tres repúblicas bálticas, que no tienen medios suficientes para garantizarla por ellos mismos. En el momento de su integración en la Alianza Atlántica, en 2004, llegaron a un acuerdo con el organismo supranacional para que fueran otros socios de la coalición, con capacidad para ello y con carácter rotativo, quienes les garantizasen esa protección aérea.
La principal amenaza a la que se enfrentarán serán de nuevo los cazas, bombarderos y aviones de transporte militar de la Fuerza Aeroespacial rusa. Éstos suelen violar de manera continuada el espacio aéreo de estos países cuando vuelan entre Rusia y su exclave de Kaliningrado, además de volar fuera de este espacio aéreo incumpliendo las normas internacionales de aviación, es decir, sin plan de vuelo conocido y con el transpondedor apagado.
Ésta es la sexta vez que los cazas de combate españoles participan en la misión de Policía Aérea en el Báltico. La primera vez fue en el año 2006, cuando se desplegaron seis cazas Mirage F-1 (aparato ya dado de baja) fueron desplegados en esta misma base lituana. La segunda vez fue en 2015 y entones se desplegaron cazas Eurofighter Typhoon (fue su primera misión en el exterior), aunque en la base estona de Ámari.
La tercera vez que se llevó a cabo esta misión fue en 2016, cuando cinco Eurofighter Typhoon fueron desplegados en la base de Siauliai. Entonces completaron 449 horas de vuelo en las 329 salidas que realizaron, entre entrenamiento y misiones reales de intercepción. Un año después, en 2017, se desplegaron cazas F-18 en la base de Letonia, en una misión en la que se realizaron cerca de 90 intercepciones de aeronaves rusas.
La quinta vez fue el año pasado, cuando cazas Eurofighter Typhoon fueron desplegados en la misma base aérea que este año. Durante ese despliegue los aviones españoles quedaron unas semanas congelados después de que una de las aeronaves disparase por error un misil AMRAAM durante unas maniobras y que cayó en suelo soberano letón.
La del Báltico no es la única misión de Policía Aérea de la Alianza Atlántica. Por ejemplo, el espacio aéreo de Luxemburgo está controlado permanentemente por la Fuerza Aérea belga, mientras que los cielos de Eslovenia y Albania están protegidos de forma permanente por cazas de combate italianos. La misión de Policía Aérea en Islandia también es rotativa, como la del Báltico, pero en ella nunca han participado cazas españoles.