La colaboradora de Podemos y experta en infancia María Sevilla puso tres denuncias falsas a su exmarido, Rafael Marcos, por supuestas agresiones al hijo de ambos, según los documentos de los diversos juicios entre los dos progenitores.
Tal y como informa este viernes El Mundo, los abusos nunca se demostraron. El relato de una de ellas es grotescamente surrealista: en 2016, Sevilla aseguró que el niño llegaba al punto de encuentro, donde veía a su padre por orden de un juez, con los pantalones rotos a causa de las agresiones sexuales de su progenitor. Estas vejaciones se habrían producido en presencia de miembros del equipo de servicios sociales, y en ellas habría participado, según la colaboradora podemita, la novia de su expareja.
María Sevilla no sólo denunció al padre en 2012, 2014 y 2016 por abuso sexual sobre el menor. Según el diario de Unidad Editorial, intentó reabrir las causas varias veces en los años posteriores, maniobró para llevarlas a otro juzgado y se querelló sucesivamente contra los tres equipos psicosociales que, recurrentemente, le daban la razón al padre.
Pese a su carácter esperpéntico, las denuncias, sucesivamente archivadas, lograron su objetivo: proteger a la madre en su decisión de no permitir al padre ver al niño e impedir la relación paternofilial. Así, Marcos no pudo ver al crío desde noviembre de 2011 hasta mayo de 2014, y después le vio intermitentemente hasta que en 2017 Sevilla desapareció con su hijo y fue puesta en busca y captura.