Un guardia civil herido el 1-O ha denunciado que los servicios médicos no le querían atender, a pesar de haber sufrido una lesión en la mandíbula y heridas en la espalda: "La doctora no nos quería atender".
El agente al que quitaron la prenda de la cabeza de un puñetazo en la boca mientras intervenía en un colegio del municipio barcelonés de Dosrius aseguraba: "Nosotros llegamos sobre las 10.10 sin equipar porque en principio iba a ser todo pacífico. Fui de los primero que llegaron a la barrera, lo primero que hicieron fue darme un puñetazo en la boca y me quitaron la prenda de cabeza y se la empezaron a lanzar unos a otros. Me empezaron a dar patadas, empujones y pisotones".
Sin embargo, lo peor estaba aún por llegar: "La doctora no nos quiso atender en primera instancia. Tras hablar con el director del centro, la doctora finalmente accedió a atendernos". Sólo unos minutos antes, otro agente había afirmado durante el juicio que una doctora no les había querido "valorar mucho" sus heridas.
Otro agente recordaba más episodios de violencia vividos el 1-O: "Yo vi que a otro compañero recibió un puñetazo en la cara. íbamos pidiéndoles por favor que se fueran apartando e intentando apartarles. Íbamos abriendo un pasillo como podíamos para que entrase la comitiva.Tuvimos que empujarles, proporcionalmente, para que se apartaran. Tuvimos que salir corriendo".
Por su parte, las defensas de los golpistas trataban de minimizar las lesiones de los guardias civiles, cuestionando la violencia de la multitud preguntando a los agentes si entre la multitud, se gritaba "Votaremos" o "Somos gente de paz".
El abogado de Oriol Junqueras, Andreu Van den Eynde, preguntaba si "la gente tenía levantadas las manos en el aire" dando a entender una supuesta actitud pacífica de los votantes. "Sí, las tenían levantadas... Y por debajo daban patadas", le contestaba el agente.